Movilizan recursos para aliviar las llagas y anunciar el Evangelio en América Latina
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Desde hace exactamente medio siglo, desde 1966, la Iglesia católica de los Estados Unidos de América, a través del Subcomité para la Iglesia de América Latina, destina una buena cantidad de fondos para proyectos pastorales, de catequesis y evangelizadores en el extenso territorio que va del Río Bravo a la Patagonia o a Tierra del Fuego.
Este año 2016, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB por sus siglas en inglés) aprobó fondos para apoyar 256 proyectos pastorales en Latinoamérica y El Caribe.
El monto total de las ayudas suma 4.1 millones de dólares e incluye cooperación en formación de catequistas, pastoral juvenil, evangelización y educación de seminaristas y religiosos.
El Subcomité aprobó una ayuda especial para la reconstrucción de templos afectados por el terremoto de Ecuador el pasado 16 de abril por un monto de 390 mil dólares, que se suman a dos ayudas de emergencia de 50 mil dólares otorgadas inmediatamente después de sismo cuyo epicentro fue entre las parroquias Pedernales y Cojimíes del cantón Pedernales, en la provincia ecuatoriana de Manabí.
Año de aniversario
Los fondos destinados a proyectos en América Latina y El Caribe fueron autorizados el pasado día 11 de junio en la reunión del Subcomité para la región reunido para tal efecto en en la ciudad de Huntington Beach, en el Estado de California.
“Este año marca el aniversario número 50 de la Colecta para la Iglesia en Latinoamérica, un signo de solidaridad con nuestro hermanos y hermanas en Latinoamérica y el Caribe”, explicó el presidente del Subcomité y obispo auxiliar de Seattle, monseñor Eusebio Elizondo.
“Los frutos de esta colecta –subrayó el prelado– han llegado lejos y han ayudado a fortalecer la fe. La generosidad de los católicos en los Estados Unidos ha ayudado a financiar muchos proyectos importantes que comparten nuestra fe con quienes ansían experimentarla”.
Los prelados estadounidenses continúan su compromiso en favor de la Iglesia en Haití, dedicando un millón de dólares a tres proyectos de reconstrucción y más de 365 mil dólares a 41 proyectos pastorales, empleando fondos de la Colecta especial para Haití realizada en 2010, también tras el terremoto de enero de ese año que sumió en la pobreza y la desesperanza a ese pequeño país caribeño.