¿Como buenos padres no se dan cuenta del abuso sexual infantil? La mayoría de las veces, hacen las preguntas equivocadasLa comunicación entre adultos y niños no siempre es fácil. Incluso aunque los niños entiendan más de lo que nos imaginamos, frecuentemente no poseen el vocabulario para hacerse entender completamente. Añade a eso las preguntas ambiguas de los padres, que normalmente exasperan a los pequeños. Es incluso un milagro que consigamos comunicarnos con ellos mínimamente. Es extremamente importante para los niños poder confiar en los padres y, a veces, es incluso vital. Esta madre recordó este hecho importante a tiempo, antes de causar estrago con sus preguntas.
Sucede tan a menudo, que uno se pregunta: ¿Cómo es posible que padres buenos y atentos no se den cuenta de que su hijo es víctima de abusos sexuales? La mayoría de las veces hacen las preguntas equivocadas. Aquí está la historia de una madre:
Un día mi hijo fue a una fiesta de Halloween a casa de un amigo. Cuando le busqué algunas horas después, pude ver por la sonrisa de su cara que se lo había pasado bien. Luego antes de salir, yo estaba en pie en la puerta con el padre y el abuelo de su amigo.
Los dos me contaron que mi hijo se había portado bien, lo que era música para mis oídos. ¡Gracias a Dios! ¡Sin peleas o rabietas!
Llevé a mi hijo al carro y empecé a manejar de vuelta a casa. Pero cuando estábamos de camino, empecé a sentirme inquieta, algo no iba bien.
Entonces me vino esa cosa y aparqué el auto en la primera parada. Todo el mundo empezó a sonar la bocina, pero yo estaba distraída. Sabía que tenía que conversar con mi hijo, porque cuando yo era niña, pasé por lo mismo.
Flashback
Yo recordé cómo fui abusada sexualmente cuando era pequeña por un pariente adolescente. Me acuerdo de las preguntas inocentes de mi madre cuando ella me fue a buscar a su casa:
“¿Fuiste una niña buena? ¿Fuiste educada? ¿Te portaste bien?”
Mi madre no sabía:
1. que el adolescente que vivía allí me amenazaba antes de llegar ella (y, a veces, incluso se colocaba detrás de ella con el puño cerrado y la mirada amenazadora cuando ella estaba).
2. que estas preguntas, especialmente frente a la persona que había abusado de mí, reforzaba la idea de que yo tenía que obedecer los deseos de quien quiera que estuviese cuidando de mí cuando ella no estaba.
3. que yo pensé que, ya que yo había respondido “sí” en la puerta, no podía cambiar mi respuesta después (eso significaría tener que explicar por qué había mentido antes).
Cuando los padres preguntan a sus hijos si ellos se portaron bien delante de otras personas, normalmente se sienten presionados a decir que sí.
Fue por eso que yo me giré a mi hijo en el estacionamento y le miré directamente a los ojos. Volví a empezar y le hice las preguntas correctas.
Tal vez también tenga que considerar hacer estas preguntas a sus hijos la próxima vez que se quedaron al cuidado de alguien. Le pregunté cuando estábamos solos:
- ¿Te divertiste o no?
- ¿Qué hiciste el tiempo que estabas allí?
- ¿Qué te gustó más de la fiesta?
- ¿Qué parte de la fiesta te gustó menos?
- ¿Te sentiste seguro?
- ¿Tienes algo más que quieras compartir?
Haz de estas preguntas un hábito en tu familia. Y deja que tus hijos sepan que pueden decirte lo que sea en otro momento, cuando lo necesiten.
El error que cometí ese día es totalmente común entre los padres. Pensamos que, dado que hacemos preguntas, tenemos controlada la situación. La verdad es: los padres deben siempre preguntar, pero en el lugar y el momento correctos.
(via Não Acredito)