Las desventuras del aspirante a “gran padrino”
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Nuestra vida asomados a la vida de la familia Soprano se aproxima a su final. Y esta temporada no arranca precisamente de forma plácida, dejando en el espectador la sensación de que una pendiente le arrastra a la vorágine en la que puede quedar despedazado ese grupo humano al que le hemos ido cogiendo cariño.
Para empezar, la separación de Tony Soprano y Carmela se ha enconado, con una actitud despectiva por parte del cabeza de familia e irrespetuosa por parte del futuro heredero con respecto a la sufrida madre y esposa en la vida. Y mientras esa familia biológica parece desmoronarse la que parece encaminada a iniciar una nueva fase es la familia, en sentido amplio. Recordemos que estamos en una serie de mafia italoamericana.
El patriarca de la mafia de Nueva York, don Carmine, ha fallecido y Tony Soprano ve ese vacío de poder como su oportunidad soñada para convertirse en el gran padrino. Y ya puestos a establecer cambios, Tony decide que es el momento de establecer una nueva etapa en sus relaciones con la doctora Melfi… pero si incluir el psicoanálisis.
¿Recuerda alguien los ataques de pánico que desencadenaron todo lo que supuso el arranque de esta serie? Pues casi al final de la temporada y mientras juega al golf Tony volverá a experimentar uno de estos ataques, lo que le obligará a evadirse temporalmente y buscar el descanso del retiro en un hotel, algo que servirá de poco, puesto que incluso en ese buscado remanso de paz le asaltarán las pesadillas que le persiguen. Y justo en el peor momento, cuando el equilibrio entre las familias mafiosas de Nueva York y Nueva Jersey están en el momento más delicado. Mal momento para que quien aspira a convertirse en líder no esté en su momento más equilibrado y sereno.
Sin que Tony lo sepa, se estrecha el cerco a su alrededor. Conversaciones con un micrófono oculto de por medio, Adriana atrapada en un callejón sin salida como confidente… y para terminar de arreglarlo una noche surgirá entre ellos de forma inesperada una cierta tensión sexual, complicándose todo cuando sufran un accidente de circulación que les comprometerá ante Chris, el novio de Andrea y sobrino de Tony.
Paulatinamente todo apunta en una única dirección, la que aboca al desenlace que nos aguarda en la próxima y última temporada.