¿Qué es la Nación del Islam? El boxeador pertenecía a esta secta de origen musulmán
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En torno a la muerte del boxeador negro estadounidense Muhammad Ali, uno de los aspectos que se han tratado es su itinerario religioso, que suele etiquetarse como “musulmán” sin más averiguaciones. Aquí veremos a qué grupo perteneció y por qué ha sido y es tan controvertido.
De Cassius Clay a Muhammad Ali
El pasado 3 de junio murió en los EE.UU. el famoso boxeador Cassius Clay, más conocido como Muhammad Ali desde que en 1964 tuviera un episodio de conversión religiosa. Sin embargo, aquel año en el que cambió su nombre primero por el de Cassius X después de una importante victoria deportiva y, pocos días después, por el definitivo de Muhammad Ali, no se hizo musulmán, tal como afirman estos días muchos medios de comunicación, sino que pasó a integrar una controvertida organización denominada Nación del Islam (Nation of Islam).
En el diario La Razón, el historiador César Vidal ha explicado los detalles más significativos de esta original adscripción espiritual del boxeador. En los años 60 contactó con esta secta de impronta musulmana, de la que entonces formaba parte Malcolm X. Fascinado por su figura y su activismo social, Cassius Clay lo adoptó como referente espiritual, ya que “estaba buscando una nueva fe tras haber rechazado el cristianismo”.
Sin embargo, esto trajo consecuencias para su carrera deportiva, ya que, en palabras de Vidal, “el Malcolm X de esa época llamaba abiertamente a la violencia y la Nación del Islam era contemplada con desprecio por su predicación –en realidad, no musulmana sino esotérica– y por su radicalismo”. Una reacción social que incluía a los negros que luchaban por los derechos civiles. Por ello uno de los personajes públicos que se mostraron críticos con la “conversión” de Clay fue el mismísimo Martin Luther King, que siempre defendió una actitud no violenta.
La relación entre el boxeador y Malcolm X terminó cuando éste fue expulsado de la Nación del Islam tras haber denunciado públicamente a su líder porque “tenía varios hijos ilegítimos tras sendas aventuras eróticas con las adeptas”, tal como dice César Vidal. Muhammad Ali permaneció en la secta y dejó todo contacto con su anterior referente, que murió asesinado poco tiempo después. Más tarde, Muhammad Ali abandonaría el controvertido movimiento para convertirse en un musulmán de la rama suní, y hace una década se pasó al sufismo.
Entre el Corán y las reencarnaciones
¿Qué es la Nación del Islam? ¿Se trata de un grupo que pueda enmarcarse dentro de la religión musulmana? Un vistazo a su historia y sus doctrinas nos demostrará que no, que nos encontramos ante una secta que sólo tiene una impronta islámica, pero que se distancia de esta religión en varios aspectos importantes.
La Nación del Islam tiene una prehistoria, en torno a una secta denominada Templo de la Ciencia Mora de América, fundada por Timothy Drew (que cambió su nombre por el de Noble Drew Ali) en 1913 en los EE.UU. Es lo que algunos consideran el inicio de una corriente denominada “Musulmanes Negros” (Black Muslims). Según explica Manuel Guerra en su Diccionario enciclopédico de las sectas, tras la muerte de Drew, un comerciante estadounidense llamado Wallace Fard Muhammad fundó la nueva secta, la Nación del Islam, además de proclamarse la reencarnación de Drew en 1930. No sólo eso, sino que más tarde afirmó ser la encarnación del mismo Allah (Dios).
Cuando murió el nuevo líder sectario (que, entre otras cosas, estuvo encarcelado por un sacrificio ritual realizado por uno de los miembros en 1932), fue sucedido por Elijah Muhammad (anteriormente llamado Elijah Poole). Éste, hijo de un pastor bautista, al asumir el liderazgo del grupo se autodenominó “el único mensajero de Allah”. También tuvo que pasar por la prisión, ya que defendía que los negros no tenían obligación de hacer el servicio militar.
Una doctrina extraña
A pesar de su dispersión organizativa (por los diversos cismas), estos grupos tienen una serie de creencias comunes, difundidas en su día por Drew, que compuso su propio Corán. No obstante, aceptan como texto sagrado también la Biblia, si se suprimen de ella las “mentiras blancas”. Afirman que los negros tienen antepasados moros (y, por tanto, musulmanes), y que el mismo Jesucristo habría sido un negro crucificado por los romanos blancos. Además, como se ha señalado antes, Fard habría sido el mismo Dios en la tierra (y también lo identifican con el Mesías cristiano y con el Mahdi esperado por el islam chií).
Otra creencia que llama la atención del sociólogo de la religión Peter B. Clarke es la de que Dios no es un ser inmortal, sino que de forma cíclica, cada 25.000 años, un Dios muere y transmite su divinidad y su sabiduría a otro Dios (siempre negros). Cada uno de ellos habría tenido diversas funciones creadoras, y “como los dioses griegos y los dioses tradicionales africanos, se casan, disfrutan de los placeres humanos normales y cometen errores, como el de casarse con una mujer no africana”, escribe Clarke.
Su comprensión de la historia se basa en que en el año 1914 terminó “la época de la Bestia que ha dominado durante 6.000 años en la tierra. Ha llegado el momento de que la Nación del Islam consiga el poder universal”, según resume Manuel Guerra. Este autor señala el carácter racista del movimiento, que defiende la supremacía negra, y también apunta diversos elementos de carácter ocultista y hasta ufológico en su corpus doctrinal. La secta, además, cree en que tendrá lugar en el futuro la batalla de Harmagedón.
Un pasado violento
En su Encyclopedic handbook of cults in America, el experto Gordon Melton analiza el historial de violencia de la Nación del Islam, grupo que habría protagonizado tanto el asesinato de Malcolm X como el de la familia de Hamaas Abdul Khaalis. Malcolm X, que era uno de los líderes más carismáticos de la secta, dejó el grupo como ya se indicó más arriba y organizó una mezquita rival, acusando a Elijah Muhammad de haberse apartado de la ortodoxia islámica.
Por ello, afirma Melton, “en 1965 Malcolm X fue asesinado por miembros de la Nación del Islam”. Este crimen “señaló el comienzo de una década de violencia que dejó cadáveres tendidos en las calles desde Brooklyn hasta Pasadena” (es decir, de este a oeste de los EE.UU.). El mismo yerno de Elijah Muhammad, Raymond Sharieff, fue tiroteado en este tiempo.
El otro caso al que se refiere Gordon Melton hay que entenderlo en el contexto del enfrentamiento violento entre la Nación del Islam y el Movimiento Hanafí (fundado en 1958 por Hamaas Abdul Khaalis al abandonar la Nación del Islam, en la que era dirigente). En 1973 varios miembros del grupo dirigido por Elijah Muhammad irrumpieron en casa de Khaalis, que era amigo de Malcolm X, y asesinaron a cuatro familiares (ya que él no se encontraba en la vivienda), además de dejar paralítica a su esposa.
Los episodios violentos no cesaron ahí, sino que entre 1973 y 1974 un grupo de adeptos de la Nación del Islam protagonizaron varios tiroteos en San Francisco, intentando así “aplicar” la retórica anti-blanca de las doctrinas de la secta, llevando a cabo asesinatos de objetivos blancos seleccionados previamente. Como explica Gordon Melton, “no hay duda de que la teología anti-blanca articulada por los Musulmanes [Negros] proporcionó el terreno ideológico fértil en el que este grupo pudo emerger”.
Su situación actual
Se calcula que cuando Elijah Muhammad murió en 1975, el movimiento contaba con 76 templos en los EE.UU., en los que se reunían entre 50.000 y 100.000 adeptos, después de un rápido crecimiento. Algunos autores como Peter B. Clarke afirman que en la actualidad habría unos dos millones de miembros, lo que muestra una gran progresión en las últimas décadas entre la población afroamericana.
Su sede central se encuentra en Chicago, y la dirección está a cargo de Louis Abdul Farrakhan, nacido en 1933 y captado para el grupo por Malcolm X en 1955. Al igual que sus predecesores, ha sido acusado de un discurso anti-blanco y antisemita. En 1995 organizó la llamada “Marcha del Millón de Hombres”, uno de los mayores eventos de defensa de los derechos civiles en los EE.UU.