Once años después de haber pasado a la Casa del Padre, san Juan Pablo II sigue provocando en muchas personas un recuerdo imborrable, y en otras, oportunistas, una ocasión para lucrarse en su nombre, y aprovechando su celebridad internacional, hacen de las suyas.
Tal es el caso más reciente cuando un grupo o una persona en paradero desconocido aprovecharon la madrugada del domingo para robar una reliquia del llamado “Papa viajero”, que se exhibía al fervor del público en la catedral de Colonia.
El robo fue denunciado por un visitante a la catedral, quien notó que la reliquia religiosa, un paño con la sangre de san Juan Pablo II, había desaparecido y alertó a los responsables de la iglesia, informó la Policía alemana en un comunicado.
El culpable o los culpables rompieron una cápsula de vidrio donde estaba un relicario. La cápsula contiene un paño de tela con una gota de sangre del papa Juan Pablo II”, destacó la declaración policiaca, según un reporte del sitio Deutsche Welle (DW).
El relicario, de aproximadamente 40 centímetros de altura, muestra en el travesaño uno de los portales de la catedral y es un recuerdo de la visita que el papa Juan Pablo II hizo en noviembre de 1980 a la catedral de Colonia, en el oeste alemán.
El contenedor está hecho de bronce plateado y fue producido por el escultor de Düsseldorf, Bert Gerresheimer. El rector de la catedral, Gerd Bachner, señaló: “El valor material es pequeño, la pérdida moral es mucho mayor“.
“El robo no es sólo un delito irreverente -añadió-, sino un gran daño para este pueblo que lo venera incluso después de su muerte, y de todos las personas que visitan el Memorial en la catedral”.