El cine es innegablemente el arte por antonomasia del S. XX y es innegable que en nuestra cultura occidental es el cine procedente de Estados Unidos de América el que ha supuesto una mayor influencia en el inconsciente colectivo. Así no es inusual que cuando un aficionado al cine visita por primera vez la ciudad de Nueva York no se sienta extranjero en tierra extraña sino casi como en casa, tal es el acervo común de imaginería e iconografía procedente de películas y series de televisión estadounidenses.
La influencia del cine también nos ha trasladado durante décadas (empezando en el western) los vastos pasajes de Monument Valley, las carreteras que se pierden en el horizonte, los lagos en los que se reflejan las Montañas Rocosas y con el advenimiento del transporte motorizado incluso al más castizo se le hace deseable recorrer la Ruta 66 a lomos de una Harley o compartiendo un descapotable de la época anterior a que hubiese que preocuparse por el desmedido consumo de combustible de coches como transatlánticos.
Contagiados sin duda de ese deseo con el que muchos han fantaseado, que algunos ambicionan y que unos pocos afortunados incluso han logrado convertir en realidad, el título de este documental resume un sueño y su destino, puesto que en el condensado de casi un semicontinente las siglas de un país permiten resumir un estilo de vida, un anhelo, una experiencia y una vivencia que la inmortaliza.
Cuatro amigos tienen ante sí 10.000 kms, el reto de cruzar un país y que el viaje sea tanto interno como externo. Desde Nueva York a Los Ángeles, como en toda peli de viajes o en toda road movie que se precie, asistiremos a un viaje paralelo, el que vemos en el paisaje y el que los protagonistas dejan traslucir a través de sus gestos y comportamiento.
El propio documental nos permite asistir al frenético proyecto de rodaje del mismo, casi como un metalingüístico recurso de cine dentro del cine, mientras la voz de Luis Bajo (habitual doblador en España de Mel Gibson o Michael Keaton) narra un apasionante y envidiable periplo de los protagonistas por lugares reconocibles como el mencionado Monument Valleyo la inconfundible Nueva York, las cataratas del Niágara, el parque nacional de Yellowstone, el Valle de la Muerte, el majesutoso Gran Cañón del Colorado, Las Vegas y, como no, San Francisco y Hollywood, como trasunto del punto final de ese viaje que en cierto modo supone un paralelismo espiritual con quien decide recorrer el Camino de Santiago.
Aunque cada uno vive la espiritualidad de una forma íntima y personal, habrá quien se encuentre a sí mismo en medio del recogimiento de la ruta Xacobea o al compartir ese sendero con gentes venidas de cualquier rincón del planeta y quien lo haga tras experimentar el contrapunto del artificio luminoso y vacuo de Las Vegas tras haber estado por la mañana en esa grieta en la piel del planeta que es el Gran Cañón, donde la grandiosidad del entorno empequeñece al ser humano hasta, tal vez, hacerle consciente de su tamaño en el Universo.
“Proyecto USA” casi puede parecernos el vídeo que han grabado durante sus vacaciones unos familiares o conocidos pero en cierto modo nos traslada esa sensación de querer vivir un sueño anhelado, la generosidad de compartirlo y por último la reflexión sobre el sentido último de poner esperanzas en algo tan imprescindible y tan innecesario como cruzar un país para que ese viaje exterior nos obligue a emprender ese viaje interior sobre el que cabría apostillar al clásico “conócete a ti mismo” con un “si te atreves”.
Hoy celebramos a...