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Hiroshima: memoria y esperanza

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AFP

Shinzo Abe junto a Barack Obama

Jaime Septién - publicado el 28/05/16

Después de casi 71 años, un presidente de Estados Unidos ha visitado la martirizada ciudad japonesa

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Después de casi 71 años (los que se cumplirán el próximo 6 de agosto) un presidente en funciones de Estados Unidos ha visitado Hiroshima. Acompañado del premier japonés, Shinzo Abe, Barack Obama rindió homenaje a las 140,000 víctimas directas y colaterales del lanzamiento de la bomba atómica.

En el Parque de la Paz, al centro de la ciudad mártir de Hiroshima (que, junto con Nagasaki son las únicas dos ciudades del mundo sobre las que se han enviado bombas atómicas), Obama dijo que el mundo había cambiado aquel 6 (y luego el 9) de agosto de 1945. Además de dar término a la Segunda Guerra Mundial, el hombre se demostró que “tenía los medios para destruirse a sí mismo”.

Pocos días más tarde, Japón capituló pero el daño incalculable estaba hecho. Comenzó la era del horror atómico en la que la humanidad –encabezada por Estados Unidos—se dedicó a acumular arsenales nucleares “disuasorios” pero que podrían destruir la Tierra entera miles de veces.

Pero Obama fijó el texto de su discurso en la idea de transformar la memoria de las víctimas en una esperanza para el futuro de la humanidad. El dolor de tanta gante –algunos sobrevivientes y personas de los alrededores de Hiroshima siguen teniendo que someterse a controles médicos—es un alimento para el cambio porque “da esperanzas sobre un futuro mejor”.

La ceremonia estuvo honrada con la presencia de tres sobrevivientes de aquel aciago día, a los que Obama abrazó y con ellos destacó la necesidad de “mantener viva su memoria”. Sin embargo, consciente de que eso significaría un yerro en la historia de la política bélica de Estados Unidos, no pidió disculpas por las bombas atómicas lanzadas a Japón.

De los tres sobrevivientes, dos (que ya rondan los 90 años) pudieron platicar con Obama: Sunao Tsuboi y Shigeaki Mori, aunque no trascendió qué se dijeron en el breve intercambio. En el Museo de la Paz, aledaño al Parque de la Paz, Obama pudo constatar el efecto que tuvo la bomba lanzada desde el “Enola Gay” y ver los restos de la cúpula “Gembaku” que quedó en pie tras el ataque que arrasó la ciudad.

Por su parte, Shinzo Abe que también habló durante el acto dijo que Japón había “esperado desde hace mucho esta visita” y que nunca más se deberá repetir lo que sucedió en Hiroshima y Nagasaki hace siete décadas. “Nunca se debería volver a vivir esta dura experiencia, es nuestra responsabilidad que hagamos un esfuerzo por la paz”.

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