Papa Francisco abrazó al gran imán de al-Azhar, Muhammad al-Tayyeb, al final de la audiencia que concedió hoy al líder espiritual del prestigioso centro egipcio del islam sunita. Acaban de esta manera los años marcados por el hielo en las relaciones bilaterales. Durante el encuentro hablaron sobre «el común compromiso de las autoridades y de los fieles de las grandes religiones por la paz en el mundo, sobre el rechazo de la violencia y del terrorismo, sobre la situación de los cristianos en el contexto de los conflictos y tensiones en el Medio Oriente, y sobre su protección».
La entrevista, «muy cordial», duró alrededor de 30 minutos, según afirmó el portavoz vaticano, el padre Federico Lombardi. Francisco y Al-Tavyyeb «subrayaron el significado de este nuevo encuentro en el marco del diálogo entre la Iglesia católica y el islam. Después se entretuvieron principalmente sobre el tema del compromiso común de las autoridades y de los fieles de las grandes religiones por la paz en el mundo sobre el rechazo de la violencia y del terrorismo, sobre la situación de los cristianos en el contexto de los conflictos y tensiones en el Medio Oriente, y sobre su protección».
El encuentro, en privado, se llevó a cabo con la ayuda de un solo intérprete, el secretario copro egipcio del Papa Yoannis Lahzi Gaid. Al final del encuentro el Papa le regaló al imán su encíclica «ecológica» «Laudato si’» y el medallón de la paz, uno de los regalos clásicos del Pontífice a sus huéspedes, en la que se representa un olivo naciendo de una roca. «El mensaje es el encuentro», dijo al-Tayyeb al Papa, según refirieron sus colaboradores.