El Pontífice insta a nuevos diplomáticos acreditados a hacer escuchar “la voz débil” El papa Francisco “comprende” los temores de la sociedad por el “terrorismo” y la “llegada de los migrantes”, pero pidió compasión para no negar derechos de las personas.
Lo hizo hoy al recibir en audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico a los embajadores de Seychelles, Thailandia, Estonia, Malawi, Zambia y Namibia, en ocasión de la presentación de sus cartas e inicio de labores diplomáticas con el Vaticano.
“Tienen miedo al terrorismo y a que el incremento de la llegada de migrantes cambie radicalmente su cultura, su estabilidad económica y su estilo de vida”, dijo el papa Francisco que al explicar por qué viajó a Lesbos, Grecia (16.04.2016), denunció que la actual crisis de refugiados es la peor crisis después de la Segunda Guerra Mundial.
“Estos son temores que comprendemos y que no podemos descuidar con ligereza, pues bien deben ser enfrentados con sabiduría y compasión” pero pidió “los derechos y las necesidades de todos sean respetados y apoyados”.
El Papa está atento a las “tantas personas que en el mundo están sufriendo conflictos y guerras, migraciones y trasferencias forzadas, e incertidumbres causadas por la dificultad económica”.
Horas antes, el Pontífice en la homilía de las mañanas en su casa, en la residencia de Santa Marta, dijo que “quien se enriquece con la explotación y el trabajo en negro es una sanguijuela que hace esclavas a las personas”.
El Pontífice en su discurso evidenció que los embajadores que llegan al Vaticano en representación de sus países forman parte de esa humanidad que unida busca el cuidado de la sociedad y de la creación.
“Cuidar de la sociedad y de la creación es un servicio que se ha convertido en una urgencia”, dijo.
Leer también: Viaje a Lesbos, el Papa Francisco: “Este es un viaje marcado por la tristeza”
Se necesitan signos concretos de solidaridad
Francisco insistió en que los problemas del terrorismo, guerras, migraciones forzadas, entre otros, no se resuelven solo con la reflexión y la discusión, sino también con “signos concretos de solidaridad con nuestros hermanos y hermanas con graves necesidades”.
El Papa exhortó a trabajar por una solidaridad eficaz al servicio de la paz y señaló que se necesita el trabajo en equipo y coordinado con “nuestras comunidades” para que sean “artesanos de paz, promotores de justicia social y defensores de verdadero respeto por nuestra casa común”.
Y admitió que “nuestro mundo” esta cada vez más “fragmentado y polarizado”. “Muchas personas tiendes a aislarse de frente a la dura realidad”, añadió.
Hacer escuchar las voces débiles de los migrantes
El Obispo de Roma luego dirigió sus palabras a quienes sufren la “violencia y las migraciones forzadas”.
En este sentido, exhortó a ser decididos en el momento de hacer conocer la condición crítica de estas personas. Los diplomáticos puede hacer “escuchar” esa voz “muy débil e incapaz de hacer escuchar sus lamentos”.
Preocupa tráfico de armas y humano, narcotráfico
La vía diplomática fue señalada para “encontrar soluciones a las muchas causas que están en la raíz de los actuales conflictos”, especialmente en el esfuerzo de “privar de las armas a los que las usan, así como también de poner fin a la plaga del tráfico humano y el comercio de droga que frecuentemente acompaña este mal”.
No más migrantes forzados
Los diplomáticos fueron interpelados por Francisco para que las iniciativas por la paz lleven a ayudar a la población a quedarse en su propia patria.
“El momento presente nos llama a asistir los migrantes y a aquellos que los ayudan -afirmó-. No debemos permitir que malentendidos y miedos reduzcan nuestra determinación”.
Respetar la identidad de los migrantes
El Papa insistió en la “construcción de una cultura del diálogo “que nos ayude a reconocer al otro como interlocutor válido; que nos permita mirar al extranjero, el migrante, el que pertenece a otra cultura, como un sujeto para a escuchar, considerado y apreciado”.
Integración de los migrantes
En este caso, invitó a “promover una integración que respete la identidad de los migrantes y preserve la cultura de la comunidad que los acoge, y enriquezca al mismo tiempo ambas”.
“Esto es esencial. Si incomprensión y miedo prevalecen, algo de nosotros mismos está dañado, nuestras culturas, la historia y las tradiciones se doblegan, y la paz misma queda comprometida”, advirtió.
“Cuando por el otro lado nosotros favorecemos el diálogo y la solidaridad, a nivel individual o colectivo, experimentamos lo mejor de la humanidad y aseguramos una paz duradera para todos según el diseño del Creador”.
El Papa pidió también por las minorías cristianas perseguidas
También dirigió un saludo a través de los embajadores a los pastores y a los fieles de las comunidades católicas de sus países para que sean siempre “mensajeros de esperanza y de paz”.
Dijo que piensa especialmente en los cristianos y las comunidades que son minoría y sufren “persecuciones por su fe” y manifestó su “solidaridad y oración”.