Niños ecuatorianos y los cultivos ancestrales contra la desnutriciónLa profesora ecuatoriana Blanca Grijalva colabora con un proyecto educativo particular: recuperar los cultivos ancestrales. Para ello, implementó un sembrío en el Centro Educativo Comunitario Intercultural Bilingüe (Cecib), en la Provincia El Oro en Ecuador.
Con la ayuda de 73 estudiantes el trabajo comenzó e incluso muchos llevaron la iniciativa a sus propios hogares.
La jícama, oca, mashua, amaranto, zanahoria blanca y camote son alimentos ecuatorianos que están en peligro de desaparecer, indca El Comercio de Ecuador.
La propia profesora explicó que se trata de productos variados que antiguamente se cultivaban en las comunas.
Este centro en el cual trabaja Grijalva no es el único que va tras la hazaña, sino que lo hace junto a otros 12 grupos que participan en la elaboración de una guía de soberanía alimentaria y conservación de la agrobiodiversidad.
Según explicó el facilitador del plan Pablo Sáenz a El Comercio de Ecuador, la idea es que a través de la agricultura tradicional se puedan mantener los cultivos originarios.
El proyecto cuenta con el apoyo de Unión de Organizaciones Campesinas de Cotacachi (Unorcac) y del Distrito de Educación de Cotacachi.
Apuesta a otros cultivos
Uno de los principales inconvenientes en el mantenimiento de los cultivos originarios es que estos productos no son comerciales.
Por ello, la mayoría de los campesinos a la hora de apostar lo hacen por los que tienen el interés del mercado, a pesar de no tener altos niveles nutritivos.
Sin embargo, con este novedoso proyecto escolar sobre cultivos ancestrales, lo que se pretende es superar un problema que afecta a los estudiantes de las zonas rurales: la desnutrición.
Es por ello que, según Sáenz, este tipo de proyectos escolares no solo tienen un enfoque intercultural, sino que también ayudan a mejorar la salud, la nutrición y el ambiente.
En ese sentido, se pretende que tanto docentes como alumnos puedan mantener los “productos nativos saludables”.
De la mano del mantenimiento de estos productos también está la recuperación de recetas alimenticias en riesgo de extinción como la tradicional colada de mashuna, un tubérculo de sabor dulce, agrega El Comercio.
Un proyecto intercultural
La idea de desarrollar un proyecto de soberanía alimentaria y conservación de agrobiodiversidad para rescatar los cultivos nativos surgió en Cotacachi, una ciudad ubicada en la provincia ecuatoriana de Imbabura, famosa por sus productos de cuero y artesanías.
Además, se caracteriza por haber recibido una medalla de la Unesco por ser libre de analfabetismo. En el año 2000 fue declarado como el primer condado ecológico de América del Sur.