El papa Francisco abrió la asamblea de los obispos italianos este lunes 16 de mayo en el aula nueva del Sínodo en el Vaticano. El perfil del sacerdote fue el tema central de la alocución al pleno de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
El Obispo de Roma instó a que el sacerdote no sea un burócrata, no se fije en la eficiencia, no se escandalice por la fragilidad.
El sacerdote es un hombre de paz, siempre está disponible para las personas porque “en este tiempo pobre de amistad social, nuestra primera tarea es la de construir comunidad”, instó.
Precisó que el clérigo debe “mantener solo lo que sirve para la experiencia de fe y de caridad del pueblo de Dios” y se refirió a los sacerdotes que se vuelven “conservadores” de estructuras y bienes económicos.
Así, el sacerdote “no es un burócrata o un andamio funcionario de la institución; no está consagrado a un papel de empleado, ni lo mueven los criterios de la eficiencia”.
Un detalle importante: el Papa no tocó temas políticos del panorama italiano. Este es un dato relevante considerando la ley italiana sobre las uniones civiles recientemente aprobada con una moción de confianza por el gobierno Renzi.
En cambio, reseñó cómo es el sacerdote seguidor de Jesús. Un hombre de paz, de relaciones, con una vida sencilla. “El pueblo cansa”, dijo en una ocasión y otra vez confirmó que debe estar siempre “disponible” para servir y no para ser servido.
En este sentido, el Pontífice puso en guardia este martes 17 de mayo, en la misa de Santa Marta a los “trepadores” que tratan de destruir al otro “para llegar más alto” y mandar, según indicó Radio Vaticana.
El dinero y el poder ensucian la Iglesia, reiteró papa Bergoglio en la homilía, y dijo que Jesús habla un lenguaje de humillación, de muerte, de redención, mientras otros hablan un lenguaje de trepadores: ¿quién subirá más en el poder?
La renovación del clero y la “escuchoterapia”
El papa Francisco, que está comprometido en su tercer año de pontificado en reformar la Curia romana y en la unificación algunos dicasterios vaticanos, siembra el mensaje de una Iglesia al servicio y no que busca ser servida, una labor para producir frutos asimismo en el terreno eclesial italiano, muy influyente en el tema curial.
Precisamente, aprovechó el tema de la asamblea, titulada “renovación del clero”, para instar a los obispos a “escuchar” a las comunidades. Eso que en el lenguaje bergogliano se llama “escuchoterapia”.
Pidió obispos que escuchan acercándose a “alguno de todos los párrocos que se gastan en nuestras comunidades” y recordó que la escucha se hace vital en el contexto cultural de hoy, que es distinto al del pasado.
“En nuestro ministerio ¡cuántas personas encontramos que viven en afanes por la falta de referencias! ¡Cuántas relaciones de pareja heridas! En un mundo en el que cada uno se piensa como la medida de todo, ya no hay sitio para el hermano”, dijo papa Francisco a los obispos de la CEI.
El sacerdote no persigue la carrera o el poder
La misión del sacerdote se “vuelve elocuente, porque es diferente, alternativa”, alejada de ambición personal.
De esta manera, pone de ejemplo a Moisés: “él es uno que se acercó al fuego y dejó que las llamas quemaran sus ambiciones de carrera y poder”.
Igualmente, señaló al guía del pueblo judío en el éxodo de Egipto que “quemó la tentación de interpretarse como un “devoto” que se refugia en un intimismo religioso, que tiene muy poco de espiritual”.
El sacerdote no se escandaliza por las fragilidades
El sacerdote tiene un camino donde encuentra a la humanidad y “acepta encargarse del otro, sintiéndose partícipe y responsable de su destino”. Es un hombre que camina “descalzo”en “una tierra que se obstina en creer y considerar como santa”.
El sacerdote “no se escandaliza por las fragilidades que sacuden el ánimo humano: consciente de ser también él mismo un paralítico curado, se queda a distancia de la frialdad del rigorista, así como de la superficialidad de quienes quieren mostrarse condescendientes”, sostuvo.
No tiene una agenda que defender
El sacerdote “con el aceite de la esperanza y de la consolación se hace prójimo de cada uno y está atento para compartir su abandono y sufrimiento”.
“Habiendo aceptado no disponer de sí, no tiene una agenda que defender, sino que entrega cada mañana su tiempo al Señor para dejarse encontrar por la gente”, dijo
El sacerdote lleva una vida simple
El sacerdote “sabe que el amor es todo. No pretende seguros terrenos o títulos honoríficos, que llevan a confiar en el hombre; en el ministerio para sí no pide nada que vaya mas allá de la necesidad real, ni se preocupa por vincular a sí a las personas que le son encomendadas”.
Por lo tanto, “su estilo de vida es simple y esencial, siempre está disponible, lo presenta creíble a los ojos de la gente y le acerca a los humildes, en una caridad pastoral que hace libres y solidarios”.
El sacerdote al servicio de los pobres
El sacerdote es un “siervo de la vida, camina con el corazón y al paso de los pobres; lo hace rico su contacto. Es un hombre de paz y de reconciliación, un signo y un instrumento de la ternura de Dios, que se preocupa por difundir el bien con la misma pasión con la que los demás cuidan sus intereses”, constató.
Y es la amistad del sacerdote “con su Señor lo que lo lleva a abrazar la realidad cotidiana con confianza de quien cree que la imposibilidad del hombre no lo es tal para Dios”.
El sacerdote es ejemplo de gratuidad
La misión ultima del sacerdote, indicó Francisco, es “vivir con gratuidad, con humildad, y con alegría”.
Y señaló: “Cuánta tristeza dan los que en la vida calculan, sopesan, no se arriesgan por miedo de perder… ¡Son los más infelices!”. El sacerdote, por el contrario, “con sus límites, es uno que se juega todo. Incluso cuando nadie parece darse cuenta”.
Pidió gratuidad en el sacerdocio incluso cuando “cuando intuye que, humanamente, tal vez nadie le agradecerá lo suficiente por su darse sin medida”.
El sacerdote es el hombre de la Pascua
El sacerdote es el “hombre de la Pascua, con la mirada dirigida hacia el Reino, hacia la que siente que la historia humana camina, a pesar de sus retrasos, de las oscuridades y de las contradicciones”.
Es el hombre de Iglesia que busca el Reino, es decir “la visión que del hombre tiene Jesús”. Por ello, “es su alegría el horizonte que le permite relativizar lo demás, atenuar las preocupaciones y ansiedades, permanecer libre de ilusiones y del pesimismo”.
El sacerdote es precursor del Reino porque custodia “en el corazón la paz” y la difunde “con sus gestos, sus palabras, sus actitudes”.
Hoy celebramos a...