Cada vez más nos vemos implicados en una dinámica laboral que impide, muchas veces, gozar y disfrutar de otras áreas de la vida con alguna calma: pasar tiempo con la familia, ir al cine con la pareja, cenar o comer con buenos amigos, jugar con los hijos.
Una situación muy acentuada en nuestros días pero que vale la pena analizar para volver a poner las cosas en su justo lugar.
El trabajo es bueno, pero ¿cuánto tiempo le dedicas?
Una reflexión sobre el valor del trabajo en la vida contemporánea y el uso desmedido de esta herramienta de servicio y productividad que enriquece al ser humano.