La propiedad intelectual de Bergoglio y Ratzinger es un tesoro creativo protegido por el Vaticano “Creatividad Digital: reinventar la cultura”, es el tema para celebrar este 26 de abril 2016, el Día Internacional de la Propiedad Intelectual, instituido por las Naciones Unidas para proteger la innovación y la creatividad de los autores y sus obras.
Pero, ¿qué sucede cuando el autor es el Papa? La Encíclica “Lumen Fidei”, escrita a cuatro manos entre el Papa Bergoglio y el Papa emérito Benedicto XVI, fue en 2013 la publicación más vendida en las librerías italianas y españolas, superando a “Inferno”, la obra del escritor norteamericano, Dan Brown.
Sin duda, la propiedad intelectual de un Pontífice es un tesoro, no sólo en términos materiales, sino culturales, digno de custodiar.
La fortuna de este tiempo para la Iglesia es que este tesoro editorial está alimentado por la obra de papas muy activos intelectualmente, tanto antes como después de su elección.
Probablemente la diferencia entre el Papa y otros autores es que él no recibe un pago por su labor, de manera que deja todo al patrimonio de la Iglesia.
¿Quién administra el ejercicio y el derecho de autor del Papa?
Así, dos meses después de la elección del papa Francisco en marzo 2013, el sacerdote Giuseppe Costa, director de la Librería Editorial Vaticana (LEV) anunció que la archidiócesis de Buenos Aires cedió a la LEV todos los derechos de autor de los documentos escritos por Jorge Mario Bergoglio.
Como es la práctica habitual, el Obispo de Roma apenas elegido entrega su propiedad intelectual a la LEV, editor vaticano que en este momento tiene el mayor número de derechos de autor del cardenal Bergoglio.
El obispo auxiliar de Buenos Aires Eduardo Horacio García fue el encargado de realizar el traspaso de esos derechos que integran varios escritos, homilías y mensajes del “Papa venido desde lejos”.
Por su parte, el cardenal Joseph Ratzinger tras ser elegido papa Benedicto XVI también concedió en 2005 a la LEV el ejercicio y la tutela de todos los derechos de autor y de todos los derechos exclusivos de uso económico escritos por él antes de ser elegido Pontífice.
En efecto, Ratzinger uno de los teólogos más prolíficos del siglo XX, autor de más de 50 libros, vendió en EEUU, 150.000 libros apenas unos meses después de su elección y en ese mismo periodo, siete de sus obras se posicionaban entre los 20 libros más solicitados para la venta en Internet.
La librería Vaticana ejerce estos derechos, sin prejuicio de los derechos adquiridos por terceros en virtud de contratos ya concluidos con el autor, aunque si en el caso de Bergoglio y Ratzinger esto no subsiste porque – como ya vimos – ellos mismos cedieron casi la totalidad de esos derechos al Vaticano.
Un precedente del binomio obras de caridad y propiedad intelectual del Papa son los libros para niños: “Querido Papa Francisco” (2016) y “Cartitas para el Papa Francisco” (2015). En esas dos obras, el Pontífice aprobó que el dinero que se obtenga de la venta se destine al dispensario pediátrico de Santa Marta en el Vaticano.
Papa best-seller
Las librerías religiosas y editores que tienen en su catálogo temas católicos se han beneficiado de esta nueva primavera con el “Papa best-seller”.
En varios idiomas se pueden contar cerca de 100 títulos diversos que tienen como temas la vida del papa Francisco y Benedicto XVI; biografías, oraciones, cartas. En especial, se recuerda la Opera omnia de Joseph Ratzinger sobre Jesús.
De hecho, el primer libro-entrevista del papa Francisco con el periodista italiano Andrea Tornielli, “El nombre de Dios es misericordia” (2016), ha llegado a lo más alto en la lista de ventas de obras no ficción en varios países, entre ellos, Brasil, Colombia, España e Italia, mientras que en Estados Unidos ocupó el tercer puesto apenas publicado en enero.
Asimismo, la encíclica Laudato Si (2015) fue publicada en el mundo por 60 editores, los cuales firmaron nuevos acuerdos con la LEV, especialmente editores de América Latina y de Europa.