En la audiencia general, el Pontífice se conmueve frente a un sacerdote perseguido por el comunismo y lo expresa físicamente así….El papa Francisco besó las manos de Ernest Simoni, el sacerdote albanés que pasó 28 años en prisión culpable de ser fiel a la Iglesia durante el régimen comunista.
El gesto del Obispo de Roma, “conmovido”, tuvo lugar en la plaza de San Pedro, tras la audiencia general de este miércoles 2o de abril.
“Este es un mártir albanés”, señaló el Papa. Una vez más “se encontraron frente a frente con las cabezas unidas como ocurrió la primera vez el 21 de noviembre de 2014 en Tirana, cuando el Papa lloró al escuchar los suplicios que sufrió el sacerdote por no renegar a Cristo”.
“El Papa se acordó inmediatamente del padre Ernest, lo llamó por su apellido: ‘Simoni’” y manifestó que se “recordaba” de la historia de su persecución contada en la catedral de Tirana en 2014, contó a Aleteia el periodista italiano, Mimmo Muolo.
“Obviamente padre Ernest hizo de todo para que el Santo Padre no le besara las manos, y a su vez, e intentó besar las del Papa”, dijo Muolo, jefe de redacción de Avvenire, que ha escrito el libro Don Ernest Simoni. De la persecución al encuentro con Francisco (ed. San Paoline, 2016).[protected-iframe id=”a17e732f06056fd0abf91a1b0bde6b14-95521297-93006586″ info=”https://www.facebook.com/plugins/post.php?href=https%3A%2F%2Fwww.facebook.com%2Fphoto.php%3Ffbid%3D10209159665659559%26set%3Da.2167990690127.123287.1557504375%26type%3D3&width=500″ width=”500″ height=”444″ frameborder=”0″ style=”border:none;overflow:hidden” scrolling=”no”]Fueron años de terror bajo el régimen comunista en Albania, la única nación declarada “atea” por constitución en 1973. “Por 11 días padre Ernest sufrió torturas”, contó Muolo.
A su compañero de celda le ordenaron grabar la confesión. Lo provocaba para que con rabia hablara mal del régimen y finalmente poderlo pasar al patíbulo.
Sin embargo, don Ernest tuvo solo palabras de perdón y de oración para sus verdugos. Y así la pena de muerte fue transformada a 25 años de trabajos forzados en las minas y en las cloacas de Scutari.
“Todo inició en la noche de Navidad de 1963 cuando por ser un ‘simple sacerdote’ fui arrestado y llevado a una celda aislada, torturado y condenado a muerte”, contó a Aleteia el padre Ernest Simoni.
El 5 de septiembre de 1990 llegó la libertad para padre Simoni y desde entonces mantiene una vida pastoral muy activa. Es como si recobrara vigor al hablar de la conversión del mundo.
Su segunda vida después de la cárcel: evangelizar
¿Cómo hizo para sobrevivir por 28 años en la cárcel? “Yo no hice nada. Todo lo hizo Jesús”.
Cualquier pregunta es impermeable a la pasión de este sacerdote de 89 años que no se cansa de evangelizar.
Confesar y llevar la comunión a los campesinos: esa es su misión pastoral, la que lo lleva a recorrer kilómetros llegando a veredas y pueblitos de Albania, además de viajar por el mundo para dar testimonio a los migrantes de su país.
“Descanse padre Ernest”, le insiste su Obispo, Angelo Massafra, arzobispo de Scutari-Pult, consciente del peso físico que lleva a las espaldas tras duros trabajos en una mina y aguantar las secuelas de los atropellos de sus verdugos fieles al dictador Enver Hoxha. Todo sin llegar nunca a odiarlos.
“Jesús dijo a Gloria Polo que la había resucitado a los 21 años en Colombia: ‘Yo te devuelvo a la vida’, pero esa bienaventuranza, esa felicidad que ves en el paraíso es a medida de todos los pueblos y de todo el mundo”, sostuvo.
El segundo abrazo con Papa Francisco
De este encuentro con el Papa, el sacerdote confesó que le conmovió particularmente que “todos observan y saben que el Santo Padre, como dice Jesús, está perfectamente vinculado con la palabra de Dios”.
Y eso se traduce en “amar y perdonar cada día, ayudar espiritualmente y materialmente a los huérfanos, a los pobres”.
“Jesús murió para salvar a todos los hombres, no sólo a los católicos”, insistió el hombre, que siendo prisionero recordaba de memoria la misa en latín y distribuía la hostia para dar esperanza eterna.
Padre Ernest admite que en sus dos encuentros con el papa Francisco lo que le sorprende es que es un “padre de todos los que viven dificultades”. Hace una pausa y prosigue calificándolo como una “figura fundamental de Jesús”.
Asimismo, mantiene su compromiso a favor de “la conversión, amar a Jesús con las obras, ayudar a todos los pobres, esperar en la resurrección que sólo Jesús da al mundo entero”.
La muerte versus la fe
“Sin Jesús no se puede hacer nada, con Él hacemos todo; si vivimos y si morimos estamos vivos en Jesús – citó a San Pablo- porque para los que creen no existe la muerte”.
Entretanto, insistió en que el espíritu prevalece sobre el cuerpo. “La muerte es el pecado”, dijo valorando la penitencia y el ayuno, y recomendó rezar el “santísimo rosario encomendado por la Santísima Virgen”.
De esta manera “la familia, la sociedad y el mundo entero se salvará”, añadió.
La conversión
En fin, el testimonio de vida de este sacerdote llama al perdón de los enemigos, la reconciliación, la humillación por un bien superior.
Y pide “amor, caridad, conversión y santidad del matrimonio porque lo que está ligado en la tierra está ligado en el cielo“, como enseñanza para todos.
La conversión de todos los hombres a “Jesús omnipotente”, indicó, no es un aspecto “ideológico o filosófico”.
“Con Dios no se negocia. Ego sum qui sum (yo soy el que soy). Yo te he creado, quien no está conmigo está contra de mí”, agregó.
Entonces, “la salvación de Jesús con su amor y verdad es un don para el mundo”.
El poder del amor
“Todos los presidentes, los millonarios, los emperadores desde Nerón hasta Constantino (el emperador convertido al cristianismo), el dogo (la máxima autoridad de la república de Venecia)”, en todos “Jesús reina sobre todos con el poder del amor”, declaró.
“Postrémonos delante de Jesús y de María Santísima, buscando perdón y para que su misericordia reine en todo el mundo sobre los pecadores y todos se salven”, concluyó.
Los mártires
En julio de 2015 fue entregada la Positio a la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano -dos volúmenes de 2500 páginas- que presenta el sacrificio de 38 mártires de la época comunista en Albania.
Ahora, se espera la fase final que podría llegar antes de que termine el Año de la Misericordia.
Padre Ernest es carne viva de esta página de historia de los mártires cristianos modernos escrita en pocas décadas. Cabe recordar que es la historia de un libro que aún se está escribiendo con sangre inocente en Oriente Medio, y en otras partes del mundo.