Cinco jóvenes perdieron la vida y tres pelean por ella tras no poder recuperarse de un cuadro producido por intoxicación con drogas en una fiesta electrónica en Buenos Aires, el Time Warp, el pasado sábado 16 de abril.
Según otros jóvenes han ido relatando en los medios argentinos, la modalidad de venta en esta, y en otras fiestas similares, no es demasiado compleja.
“Chicos, ¿quieren pastillas?”, circulan los vendedores ofreciendo éxtasis o pastillas similares.
Para mantener el ritmo y el baile durante más tiempo, estas drogas parecen garantizar excitación y euforia, a cambio de una impostergable necesidad de hidratación, que lleva a la masiva compra de agua.
En el dictamen del fiscal Sebastián Delgado, consigna el diario La Nación, se expresa que la provisión de agua corriente se habría cortado a la noche y que la alta concurrencia y escasa ventilación provocaba asfixia en el predio de Costa Salguero, Buenos Aires, en el que se llevó a cabo.
En el dictamen se menciona además que fuentes aseguran que sin mayores complejidades se comercializaba LSD, éxtasis, cocaína y Superman. Esta última, según testigos que se han expresado en medios de comunicación por estos días, sería la causante de la tragedia.
Denominada Superman, se trata de una droga sintética que combina dos estimulantes: éxtasis y metanfetamina.
Comercializada en una pastilla de forma triangular, de color, con la “S” en el centro como en el pecho del superhéroe, estimula el sistema nervioso central y aumenta notablemente el ritmo cardíaco y la tensión arterial.
La tragedia, como es habitual, ha desencadenado distintas reflexiones desde variados enfoques vinculados a la penalización o despenalización de las drogas, la responsabilidad estatal en la regulación de estos eventos, la función de la seguridad privada, la connivencia con las autoridades de los narcotraficantes, etcétera.
Pero mientras aún tres jóvenes pelean por la vida, acompañados por la angustia de sus familias y amigos, asomó la reflexión de un cariñoso personaje popular argentino: “Minguito”.
Se trata de la versión de este personaje televisivo, inicialmente encarnado por el fallecido Juan Carlos Altavista, y hoy encarnado por el humorista Miguel Ángel Rodríguez.
El actor conocía a uno de los jóvenes fallecidos y compartió su emoción. “Nosotros venimos a este mundo, tenemos una sola cosa asegurada, el final de la historia. Ese final, déjalo pibe, piba, señora, nosotros todos, déjalo que lo elija el que está arriba”, expresó en lunfardo.
“La falopa es un viaje de ida, no tiene vuelta”, insistió sobre la droga.
“Superman, le decían a esta droga… y vos la tomás y ¿vas a pensar que sos Superman? No pibe. Para ser Superman, estás en la vida. Naciste, la transitás la vida. Estudiás, progresás, te enamorás… Tené una novia, armá una familia, tené los pibes, tus pibes te dicen papá te quiero, y ahí sos Superman”, insistió.
A continuación la reflexión de Minguito en el programa Polémica en el Bar, del canal argentino Telefe, emitido en vivo todos los domingos al mediodía:
Hoy celebramos a...