Aleteia logoAleteia logoAleteia
jueves 25 abril |
San Marcos, evangelista
Aleteia logo
Actualidad
separateurCreated with Sketch.

CINE CLASICO: “El libro de la selva” (1967), no es bueno que el hombre esté solo

web-el-libro-de-la-selva-walt-disney-productions.jpg

Antonio Rentero - publicado el 19/04/16

La mejor versión del clásico de Rudyard Kipling probablemente siga siendo la de Disney

El primer contacto que han tenido millones de espectadores con la literatura de Rudyard Kipling (primer premio Nobel británico de Literatura en 1907) fue la clásica adaptación de su obra “El libro de la selva” en versión dibujos animados de la factoría Disney. Originariamente el libro (también conocido como “El libro de las tierras vírgenes”) era una recopilación de historias cortas en la que los animales antropomorfizados trasladaban diversas lecciones morales al lector. Como puede colegirse fácilmente, una tentación irresistible para Walt Disney al poder entretener, divertir y aleccionar en la misma partida.

El más célebre texto de Kipling, el poema “If…” (“Si…”, en condicional) plantea en una serie de opciones con la reacción más responsable, madura y determinada que se puede adoptar frente a diversas circunstancias y adversidades, tras lo cual quien siga esas recomendaciones podrá considerarse a sí mismo como un hombre, en el sentido más ético y autosuficiente.

El subtexto subyacente a una obra tan aparentemente inocua como es la deliciosa película “El libro de la selva”, unos dibujos animados que han divertido a generaciones, acaricia sutilmente esa misma proclama aunque realmente sólo en un par de momentos se muestra ante un público por lo general infantil, esa “llamada de la Naturaleza” que supone en el caso de los humanos (en el caso de Mowgli, el protagonista), la pertenencia a un grupo de semejantes y en última instancia, la atracción por un miembro del sexo opuesto, un despertar a la adolescencia y un incipiente recordatorio de que ya en el Génesis (2, 18) se nos recuerda que no es bueno que el hombre esté solo.

En la idílica convivencia de Mowgli (un nombre que le ponen los lobos que le adoptan tras perderlo sus padres en la selva al huir del malvado tigre Shere Khan, y que significa “Rana” dada su carencia de pelo) con los animales antropomorfizados (hablan, mantienen valores humanos) el bonachón oso Balú será el reflejo del despreocupado disfrute de la vida, la responsable pantera Bagheera será la voz de la conciencia y la rectitud, la insidiosa serpiente Kaa mostrará la peor cara de la mentira y la simulación mientras que el cruel y sanguinario Shere Khan constituirá la amenaza contra la vida de Mowgli puesto que el tigre sabe que mientras es “cachorro” el hombre es vulnerable pero cuando alcanza la edad adulta es precisamente la Naturaleza la amenazada.

Todo esto, por supuesto, no es tan explícito como en la propia recopilación de narraciones de Kipling, de hecho la película de animación apenas adapta los primeros (no llegamos a conocer la vida del Mowgli adulto, no del todo integrado en la sociedad humana y que gracias a su capacidad de hablar con los animales finalmente consigue que un rebaño de bueyes en estampida acabe con la vida de esa amenaza felina que es Shere Khan.

Disney prefiere pequeños toques sutiles sobre las enseñanzas morales de la obra de Kipling, mientras nos encandila para siempre con números musicales inolvidables, con canciones que sirven décadas después para que tomemos cada día un plátano de Canarias o nos hace bailar sincopadamente al ritmo de Rey Lui, el líder de la tribu de monos que sólo viven para la despreocupada diversión, un grupo ajeno a las leyes, cuyo respeto constituye la enseñanza de fondo del libro de Kipling, quien a pesar del evidente amor por la Naturaleza no puede dejar de ser británico y ensalzar el respeto a la convivencia reglada de esta civilización.

Lo mejor es que casi medio siglo después de su estreno la versión Disney de “El libro de la selva” (hay otras dos de imagen real, una de este mismo año que acaba de llegar a las pantallas y otra de 1994 que se adentra en la adolescencia de Mowgli) continúa siendo una película que emociona, divierte, conciencia de la necesidad de vivir en armonía con la Naturaleza y es capaz de unir a niños y adultos ante la pantalla, constatando una vez más que no es bueno que estemos solos.

Tags:
cine
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Oración del día
Hoy celebramos a...




Top 10
Ver más
Newsletter
Recibe gratis Aleteia.