Advertencia a espectadores: olvídense de los siete enanitos y la tradicional Blancanieves que el clásico de dibujos animados de Disney (ojo, estrenada en 1937, hace casi 70 años… ¡cómo pasa el tiempo!). De hecho olvídense incluso de Blancanieves porque a pesar de la alusión en el título, ese personaje no aparece en la película. Ante la perplejidad que puede asaltar al inquieto lector intentaremos explicar a través de siete preguntas qué podemos encontrar en esta película.
¿Puede hacerse una película de Blancanieves sin Blancanieves? Sí, la prueba la tenemos en este título que se estrena esta semana?
¿Significa ello que se comete algún tipo de fraude o estafa creativa frente al espectador? No, en absoluto dado que desde el título y en el propio trailer no se menciona ni aparece por ningún lado el personaje de Blancanieves y se pone énfasis en que el protagonismo recaerá precisamente entre quienes sí se mencionan en específicamente como protagonistas diferenciados y además aparecen profusamente en el trailer.
¿Resulta pues una película entretenida e interesante aunque no se nos va a contar nada de lo que a priori identificaríamos con la trama clásica del cuento de Blancanieves? Sí, de hecho es posible que resulte más atractivo y atrape al espectador una historia inédita hasta ahora en relación con Blancanieves pero que, en línea con recientes películas (e incluso sagas, trilogías, series de televisión…) hace gala de la épica para construir un universo narrativo más complejo de lo que hasta ahora era habitual a costa de inspirarse “demasiado” en cierto éxito reciente de los dibujos animados hecho por ordenador de la propia factoría Disney que esta semana nos hace llegar esta película.
¿La referencia a la épica puede tener alguna relación con “El Señor de los Anillos”? Sí, y con “Juego de Tronos”, y con “Las crónicas de Narnia”, y con…
¿Y esa mención a un éxito de dibujos animados de Disney tiene algo que ver con dos hermanas, una de las cuales marcha a vivir en un lugar apartado y tiene el poder de congelar instantáneamente todo aquello que toca? No, de ningún modo, no se trata más que de una casualidad. De hecho a diferencia de lo que sucede en “Frozen” aquí no hay ningún muñeco de nieve vivaracho que prefiere pasar calor.
¿Es cosa mía o a Thor le han afilado el martillo? No, el mítico Mjolinir de las sagas nórdicas no podría afilarse jamás y además el Cazador al que interpreta el mismo actor que al mitológico personaje de los cómics Marvel esta bastante más desaseado que el señor de Asgard, pero a cambio Chris Hemsworth resulta casi igual de expeditivo cuando empuña su hacha y se dispone a repartir amigables mandobles como consuelo a que su amor sea perseguido por tratarse de un amor prohibido en aquel remoto reino.
¿Entonces es una película de aventuras, de épica, de amor…? Hay una palabra que define con exactitud a una película como esta: precuela. Se trata de una palabra denostada pero por desgracia en la mayoría de los casos ha resultado que todo intento por contar lo que sucedió antes de lo ya conocido termina desencantando a parte del público.
En este caso además podemos tener una doble razón para que hablemos de una película que podía haber sido más si se hubiera limitado a moverse hacia atrás en una línea recta pero lo ha hecho en forma algo deslavazada, como en espiral: contar el pasado puede ayudar (de hecho lo hace) a comprender el futuro.
Pero aquí se cae en la tentación de construir una alambicada historia previa que dé sentido a que una bella joven termine amenazada por una bruja que no quiere volver a verla ni en pintura ni mucho menos en un espejo mágico que se convertirá en un elemento esencial de esta película. Así se ofrece al espectador un a demostración de poderío en diseño de producción (y de generación de imágenes por ordenador) y un nuevo ejemplo de lo malas que pueden ser algunas hermanas cuando se empeñan en que no triunfe el amor libre y verdadero.
Hoy celebramos a...