Detrás del gesto de muerte cumplido en Bruselas están “los fabricantes de armas que quieren sangre, no la paz, que desean la guerra, no la fraternidad”Recordado los atentados terroristas en Bruselas del pasado 22 de marzo, el Papa sostuvo que detrás del gesto de “fraternidad” que cumplió este Jueves Santo de lavar los pies a 12 refugiados de diversas religiones está el deseo de los “hermanos” e “hijos de un mismo Dios” que quieren vivir en paz.
Asimismo, explicó que detrás del gesto de muerte cumplido en Bélgica están “los fabricantes de armas que quieren sangre, no la paz, que desean la guerra, no la fraternidad”.
Francisco lavó los pies a un grupo de hombres y mujeres musulmanes, hindúes, coptos, evangélicos, católicos ante los cuales se arrodilló. Lo hizo este Jueves Santo, 24 de marzo, en la misa de la tarde de la Última Cena del Señor, en la que instituyó el sacerdocio y la Eucaristía.
”Todos nosotros juntos…. pero hermanos, hijos del mismo Dios queremos vivir en paz, integrados”, constató.
El Pontífice enunció “dos gestos, Jesús lava los pies, Judas vende Jesús por dinero” y los contextualizó a nuestros días: “Hace dos días en una ciudad Europea, el gesto de guerra, de destrucción, hecho por gente que no quiere vivir en paz”.
“Pero, detrás de ese gesto, como detrás del gesto de Judas, estaban otros que han dando el dinero para que Jesús fuera entregado”, agregó.
Luego habló del segundo gesto evangélico. “Judas que va a los enemigos de Jesús, de aquellos que no quieren la paz con Jesús, para tomar las treinta monedas por las cuales lo traicionó”.
“Ustedes, nosotros, todos juntos, somos de diversas religiones y de diversas culturas, hijos de un mismo Dios, hermanos…Y allá esos pobrecitos que compran las armas para destruir la fraternidad”.
El Obispo de Roma se trasladó a treinta kilómetros de Roma para celebrar la misa en Coena Domini en un centro de acogida a refugiados, la mayoría de ellos musulmanes de África.
Entretanto, explicó el gesto de lavar los pies a los doce refugiados que cumplió hoy así: “Todos nosotros estamos haciendo el gesto de la fraternidad, y todos nosotros estamos diciendo somos diferentes, somos diversos, tenemos diferentes culturas y religiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz”, destacó.
“Y este es el gesto que yo hago con ustedes. Cada uno de nosotros tiene una historia encima, tantas cruces y tantos dolores, pero también tenemos un corazón abierto que quiere la fraternidad”, agregó.
“Cada uno en su lengua religiosa rece al Señor para que esta fraternidad se contagie y para que no hayan treinta monedas para asesinar el hermano y para que siempre haya fraternidad y bondad. ¡Qué así sea!”, concluyó.
La presencia del Papa en el centro encierra también un mensaje de ayuda a los refugiados. “Los gestos hablan más que las imágenes y las palabras”, dijo el Papa
“Jesús que sirve y lava los pies, él que era el jefe lava los pies a los suyos, a los más pequeños”, comprobó.
Al final, el Papa saludó uno a uno a los huéspedes del centro, evocando “la paz y el amor” que debe reinar entre todos los hijos de Dios. Los refugiados le saludaron en sus diversos idiomas: “Bienvenido, gracias por estar aquí entre nosotros”, dijo un joven africano en inglés.
El primer año de pontificado, Francisco visitó para el lavatorio de los pies el centro penitencial de menores en Casal del Marmo. El año siguiente, 2014, visitó un centro de discapacitados y en el 2015 la cárcel romana de Rebibbia, donde lavó los pies a 12 hombres y mujeres.