Una entretenida aproximación a la muerte y resurrección de Cristo desde una perspectiva detectivesca sin mayor pretensión que la de entretenerEl cine bíblico suele asociarse a un sector del público muy específico. No es extraño que, a veces, ni si quiera se le preste la atención que merecen únicamente porque estamos ante una película con un mensaje católico muy claro. Esto no quiere decir, obviamente, que todas las películas con mensajes católicos sean buenas, las hay de todas las calidades.
A veces, no obstante, ocurren cosas anómalas como La Pasión, de Mel Gibson, una película abiertamente cristiana rodada en latín y en arameo (dos lenguas muertas) que, aun así, recaudó en todo el mundo más de seiscientos millones. Las colas de los cines estaban llenas de adolescentes ansiosos por ver la película.
Seguramente las razones para ir a verla no eran las más deseables (el nivel de violencia de la películas se convirtió en un elemento de puro marketing) pero había mucha gente joven aguardando para ir a ver una película sobre la muerte y resurrección de Cristo y eso era lo extraño en un mundo dominado por las superproducciones de Hollywood.
Esta Semana Santa nos llega otra producción norteamericana, protagonizada por Joseph Fiennes y dirigida por Kevin Reynolds. Resucitado nos cuenta la historia de Clavius, un centurión romano que recibe el encargo de Poncio Pilatos de investigar la desaparición del cuerpo de Cristo.
La película, vaya por delante, no es ningún ejemplo de erudición histórica, fundamentalmente porque parte de un personaje ficticio, el propio Clavius. Resucitado es más bien una juguetona aproximación novelada al hecho histórico acaecido en Jerusalén hace más de dos mil años.
De este modo, Resucitado se atreve a merodear entre uno de los pilares máximos del catolicismo como es la resurrección con el doble propósito de contentar tanto a los creyentes como a los no creyentes. Para tan delicada empresa detrás de la cámara está el director Kevin Reynolds, un cineasta responsable de títulos tan entretenidos como Robin Hood. Príncipe de los ladrones, Waterworld o La venganza del conde de Montecristo. No es un gran director, de hecho ha sido frecuentemente menospreciado, pero creo que es justo reconocerle que es lo más parecido a lo que hoy podríamos considerar como un director de aventuras de corte más o menos clásico.
En este sentido, Reynolds también es un director consecuentemente vacío. Nadie se escandaliza con esto, ni él mismo, que asume que solo hace cine para entretener. Y esto último es, en últimas instancia, la principal misión de una película como Resucitado.
En el caso que nos ocupa, la habilidad de Reynolds consiste en convertir un relato mil veces contado y conocido por todo el planeta, en una intriga detectivesca con cierto suspense sobre todo cuando el desenlace lo conocemos todos de sobra. Al final Resucitado se queda en un título bienintencionado pero sin grandes hallazgos ni en lo cinematográfico ni en lo bíblico.
Que nadie se tome al pie de la letra lo que vea en esta cinta. Su propósito solo era entretener al respetable y en ese sentido, no se le puede reprochar ni una coma a la película. Otra cosa es que el film no se ajuste a los textos bíblicos o que pase de puntillas sobre determinadas cuestiones. No era la intención de nadie en esta película desempolvar ningún misterio sobre la muerte y resurrección de Cristo. De momento, como afirmaba el propio Joseph Fiennes parece que los objetivos se están cumpliendo, creyentes y no creyentes están disfrutando de Resucitado y que nadie se engañe, es de eso de los que se trataba.