Durante mucho tiempo Lucas Cesio no tuvo domicilio. No tuvo casa. Vivió en la calle, en la plaza, o incluso en un automóvil prestado. Fueron seis años. Pero nunca bajó los brazos, y cumplió su objetivo de terminar el colegio. Y este año empezó la educación secundaria con el mismo esmero de siempre.
La historia de Lucas tuvo amplia difusión a finales del año pasado en los medios de comunicación argentinos.
Sorprendía la tenacidad de su madre Marisa, que pese a haber quedado en la calle siete años atrás, no dejó de apostar a la educación de sus hijos.
Con ellos “habitó” en una plaza cercana al colegio de Villa Urquiza al que Lucas asistía. Se higienizaban en una estación de gasolina cercana, pedían alimentos que sobraran, no dinero, y habiendo conseguido o no, Lucas iba todos los días al colegio con la tarea completa.
Durante cuatro años vivió en un automóvil que les prestaron: “Dormíamos como podíamos, me acuerdo que a veces me tenía que bajar del coche en la noche para estirar las piernas porque se me dormían y me dolían. Pero estar en el auto era mejor que en la calle porque ahí tenía miedo de que alguien nos robara o me raptaran”, relató el año pasado al diario Clarín.
El último año del colegio, la madre consiguió una casilla en Florencio Varela, y para ir al colegio había que ingresar a la ciudad de Buenos Aires por el sur, y cruzarla prácticamente entera.
Él quería terminar en su misma escuela, con sus amigos, con sus queridas maestras. Lucas lo hizo, incluso levantándose a las 4 de la mañana.
Este año, a los 13, Lucas empezó el colegio secundario. El agradecimiento de Lucas y su mamá a los periodistas que ayudaron a exponer su historia no cesa. Los llama para las fiestas, los invita a cumpleaños.
Es que gracias a que su historia de vida llegó a los medios, el gobierno de ciudad de Buenos Aires lo ayudó a conseguir un hogar, pudo conocer el mar, un automovilista profesional le cumplió el sueño de llevarlo a una carrera, y puede seguir con su anhelo de seguir estudiando.
En el programa Telenoche, de Canal 13, acompañaron a Lucas a su primer día de colegio en Agronomía, cercano a Urquiza, donde puede cursar con gran parte de sus compañeros de primaria e incluso sentarse con su primo.
“Siempre fui feliz y nunca me voy a quejar de las cosas que tuve o no tuve. Pero ahora me siento muy feliz y tengo que aprovechar lo que se me está dando ahora”, cuenta al periodista “El Rifle” Varela con asombrosa madurez, ganada en la calle, en la familia, y gracias a su inmenso esfuerzo, en el colegio.
Hoy celebramos a...