En el paso fronterizo Mamuil Malal – Tromen, que une Chile con la Argentina a través de la Cordillera de los Andes, chilenos y argentinos participan anualmente de una misa por la paz entre los países.
La edición 2016 tuvo lugar el domingo 6 de marzo, y fue encabezada por los obispos Francisco Javier Stegmeir, de Villarrica, Chile, y Virginio Bressanelli de Neuquén, Argentina.
La misa es organizada por las parroquias San Sebastián de Curarrehue, en Chile, y Nuestra Señora de las Nieves, de Junín de los Andes, en Argentina.
Como todos los años, a la misa acudieron sin problemas tanto chilenos como argentinos de manera particular o colectiva, gracias a la colaboración de las autoridades municipales, nacionales y de frontera.
Es un clásico que tras la misa haya entre los peregrinos un espacio para compartir un refrigerio y buena música folclórica de ambos lados de los Andes, en un entorno natural único, a 1.200 metros sobre el nivel del mar.
Con la masiva concurrencia, los límites internacionales se terminan por camuflar, como atestigua el cartel de bienvenida a Chile ubicado a un costado del altar, ocupado por los concelebrantes provenientes de ambos lados de la cordillera.
Fue la edición 66 del fraternal encuentro, celebrado a los pies del Cristo Redentor del Tromen, emplazado en este volcán desde 1950.
El propósito mismo para la instalación y bendición de esta imagen de Cristo era justamente contribuir a la paz entre los pueblos, en un siglo XX que los llegó a tener al borde de la guerra.
Fue idea de Francisco Valdés Subercaseaux, primer capuchino chileno y luego obispo Osorno, cuya causa de beatificación se encuentra avanzada. En 2014, el responsable del Cristo del Tromen, también conocido como Padre Pacho, misionero de la Araucanía, fue declarado venerable.
La única ocasión en la que la misa debió ser suspendida fue en 2010, año del terremoto y tusnami que asoló a Chile. Desde 2014, se estipuló que cada Misa por la Paz en el Tromen tenga lugar los primeros domingos de marzo.
Hoy celebramos a...