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Jean Kilbourne, reconocida directora de cine, habla en el documental Killing us Softly sobre la mirada distorsionada que la publicidad y la moda ofrecen sobre la mujer. Una mujer que está más allá de los estándares humanos reales y que comunica unos «valores» que colocan a la mujer en la esfera de la cosificación. Una posición arriesgada y que prácticamente mutila la naturaleza de lo femenino, atenta contra la salud pública y conduce fácilmente a la violencia y deshumanización.
La misma Kate Winslet, ganadora de múltiples premios en el mundo cinematográfico y televisivo, hizo frente a la revista GQ cuando esta sacó una fotografía suya con Photoshop sin su consentimiento diciendo: «Yo no tengo este aspecto, y más importante aún, no deseo tenerlo».
Varias han sido las celebridades que se han revelado frente a la deshumanización del natural límite humano y, sin embargo, sigue marcando tendencia y sobre todo, creando cada vez más una baja autoestima en las mujeres.
¿La solución? Según Kilbourne, «tomar conciencia y prestar atención y reconocer que esto nos afecta a todos (…), son problemas de salud pública que nos afectan a todos y los problemas de salud pública sólo podrán resolverse cambiando el entorno».