Homilía hoy en Casa Santa Marta
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Homilía hoy en Casa Santa Marta
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Recibe Aleteia cada día.
Permítenos continuar nuestra misión de compartir información cristiana y bellas historias apoyándonos.
Recibe Aleteia cada día.
Sólo si el corazón esta abierto se puede acoger la misericordia de Dios. Es el llamamiento que Papa Francisco ha realizado en la Misa matutina celebrada en la Domus Santa Marta. El Papa ha destacado la infidelidad del Pueblo de Dios que solo puede ser vencida al reconocerse pecadores y así comenzar un camino de conversión.
Un pacto de fidelidad. En las lecturas del día, ha exhortado Francisco, podemos ver la fidelidad del Señor y la fidelidad “fallida” de su Pueblo. Comentando la Primera Lectura, tomada del Libro de Jeremías, el Papa ha destacado que “Dios es siempre fiel, porque no puede renegar de sí mismo”, mientras que el Pueblo no escucha su Palabra. Jeremías, prosiguió, nos cuenta las “muchas cosas que ha hecho Dios para atraer el corazón del pueblo”, pero el pueblo permanece en su infidelidad.
Si el corazón es duro y está cerrado, la misericordia de Dios no entra
“Esta infidelidad del pueblo de Dios, advirtió, es también la nuestra, nuestra propia infidelidad que endurece el corazón: ¡nos cierra el corazón!”. No deja entrar la voz del Señor que, como padre amoroso, nos pide siempre que nos abramos a la misericordia y a su amor. Hemos rezado en el Salmo todos juntos: ‘Escuchad hoy la voz del Señor. ¡No endurezcáis vuestro corazón!’”.
“El Señor siempre nos habla así, con ternura de Padre, y nos dice: ‘Volved a mí con todo el corazón, porque soy misericordioso y piadoso’. Pero cuando el corazón es duro, esto no lo entiende. La misericordia de Dios solo se entiende su tu primero abres el corazón para que pueda entrar”.
“El corazón se endurece, retomó, y vemos la misma historia” en la cita del Evangelio de Lucas, donde Jesús es enfrentado por los que habían estudiado las Escrituras, “los doctores de la ley que sabían la teología, pero que estaban cerrados”. La multitud, sin embargo, “estaba asombrada”, “¡tenían fe en Jesús!. Tenían el corazón abierto: imperfecto, pecador pero el corazón abierto”.
Pedir perdón, no juzgar a los demás
Estos teólogos, añadió el Papa, “tenían una actitud cerrada. Siempre buscaban una explicación para no entender el mensaje de Jesús”. “Le pedían un signo del Cielo. ¡Siempre cerrados! Era Jesús el que tenía que justificar todo lo que hacía”.
“Esta es la historia. La historia de la fidelidad fallida. La historia de los corazones cerrados, los corazones que no dejan entrar la misericordia de Dios, que han olvidado la palabra ‘perdón’. ‘Perdóname Señor’, simplemente porque no se sentían pecadores, sino jueces de los demás. Una larga historia de siglos. Y esta fidelidad fallida la explica Jesús con dos palabras muy claras, para terminar con el discurso de los hipócritas: ‘Quien no está conmigo, está contra mí’. ¡Claro! O eres fiel, con tu corazón abierto al Dios que es fiel contigo, o estás en su contra: ‘¡Quién no está conmigo, está contra mí’”.
La fidelidad a Dios comienza al sentirnos pecadores
¿Es posible un camino intermedio? ¿un “pacto”?, se pregunta el Papa, “Sí, es su respuesta, hay una salida: ¡confiésate pecador! Y si tú dices: ‘Soy pecador’, el corazón se abre y entra la misericordia de Dios y comienzas a ser fiel”.
“Pidamos al Señor la gracia de la fidelidad. Y el primer paso para andar por este camino es sentirse pecadores. Si no te sientes pecador, empiezas mal. Pidamos la gracia de que nuestro corazón no se endurezca, que esté abierto a la misericordia de Dios, y la gracia de la fidelidad. Y cuando nosotros somos infieles, entonces pidamos la gracia de pedir perdón”.