El papa Francisco es el primer pontífice en escribir un libro para niños y en asumir el aprieto de responder a las preguntas sencillas y profundas de los infantes del mundo, cristianos y no: Ryan, João, Natasha, Emil, Yfan, Alessio… Niños de la China hasta Rusia, con los que se reunió el lunes 22 de febrero por la tarde, en el estudio del Aula Pablo VI, según informó L’Osservatore Romano.
“Una vez, un chico me preguntó -ustedes saben que los chicos preguntan cosas difíciles- me preguntó: ‘Padre, ¿qué hacía Dios antes de crear el mundo?’”, expresó Francisco en Filadelfia, EEUU, ante las sonrisas de los asistentes en el Festival de las Familias (27 de septiembre de 2015). “Les aseguro que me costó contestar”, añadió.
El amor antes que el mundo es el titulo del libro, editado en Italia por Rizzoli (82 pg.) y que se espera tenga pronto una traducción en español. La idea original es de la editorial de los jesuitas estadounidenses la “Loyola Press” en colaboración con el director de la Civiltá Cattolica, Antonio Spadaro.
Los pequeños piden al Papa, como a un abuelo, ayuda, consejo, respuestas a las propias dudas y explicaciones sobre el sentido profundo de la fe y de la existencia.
Cuando un niño pregunta, el mundo complicado de los adultos se dobla a la inocencia y a la agudeza de lo esencial. Natasha, 8 años, keniata, preguntó como hizo Jesús para caminar sobre el agua, o Juan Pablo, 10 años, argentino, cuestiona por qué eligió a esos doce discípulos y no otros.
El misterio de la vida, la fe y el sufrimiento en la pregunta de William: ¿Qué haría si pudiera realizar un milagro? El Papa responde: “Si pudiera cumpliría un milagro: curaría a todos los niños que sufren”.
“No he logrado aún entender por qué los niños sufren”, añadió el Papa. “Para mí es un misterio. No sé dar una explicación. Me interrogo sobre esto. Rezo pensando en esta pregunta: ¿Por qué los niños sufren? Es mi corazón que se interroga. Jesús ha llorado y llorando ha entendido nuestros dramas. Yo busco entender. Si pudiera hacer un milagro, curaría todos los niños”.
Luego el Papa describió el dibujo que acompaña la carta: “Me hace reflexionar: hay una gran cruz oscura y detrás hay un arco iris y el sol resplandece. Me gusta esto. Mi respuesta ante el dolor de los niños es el silencio o también una palabra que nace de las lagrimas. No tengo miedo de llorar. No debes tenerlo tampoco tú”.
El Pontífice va al punto de cada cuestión, sin rodeos. La summa teologica se rinde a los pies de estos pequeños gigantes. Es posible que algún experimentado teólogo comprenda algo en este libro que no encuentra en las pomposas bibliotecas de las academias y universidades pontificias romanas.
¿Qué pasa con nuestros seres queridos después de la muerte? ¿Tenemos todos un ángel de la guardia, también los malos? ¿Cuál ha sido la decisión más difícil que el Papa ha tenido que enfrentar? Estas son algunas de las preguntas enviadas en las treinta cartas dirigidas al Papa provenientes de los cinco continentes.
¿Por qué la guerra?
También hay preguntas sobre la guerra y las atrocidades, como la de un niño de Nigeria, que quiere saber cómo podría resolver esos conflictos.
“Hay que ayudar a las personas de buena voluntad a hablar mal de la guerra. Yo no puedo resolver los conflictos del mundo. Pero tú y yo podemos intentar hacer de esta tierra un mundo mejor. Hay que convencer a todos de que la forma mejor de ganar una guerra es no hacerla. No es fácil, lo sé. Yo lo intento. Inténtalo tu también”.
¿Por qué te gusta el fútbol?
Un niño chino le preguntó por qué le gusta el fútbol. “Nunca aprendí bien la técnica del juego – dijo Francisco-. No tengo los pies ágiles. Pero me gusta mucho ver al equipo en el campo porque es un juego de solidaridad”.
De Reino Unido llega la pregunta sobre cuáles son las decisiones que más cuestan al Papa . ”Son muchas -admite- pero si tengo que decirte el tipo de decisión que me resulta más difícil es la de quitar a alguien de un puesto de responsabilidad o de una posición de confianza o de un camino que está recorriendo porque no es apto para ello”.
Es un libro que aborda varios temas con sencillez y responde a los niños, pero, asimismo a los abuelos, a los padres de familia, a los maestros, y a todos los que aman a los niños o buscan la inocencia perdida.
También está dirigido a aquellos que buscan a Dios entre nosotros, en las pequeñas cosas y en la sencillez (Mat 13,31).
Encuentro del Papa con los niños del Libro en el Vaticano
Y finalmente, el papa Francisco se encontró con quince de los niños que le escribieron las cartas, este lunes 22 de febrero por la tarde, en el estudio del Aula Pablo VI, según apuntó L’Osservatore Romano.
Dice que reza por China, cada día, frente a una imagen de la Virgen de Sheshan.
Los chicos representaron a los estudiantes de entre 8 y 13 años (de diferentes escuelas de los jesuitas de varios países del mundo). El Pontífice quiso encontrarse con ellos personalmente por ser los co-autores del libro editado por el padre Spadaro.
También estuvieron presentes en el encuentro el arzobispo de Manila -el cardenal Luis Antonio G. Tagle, presidente de Caritas internationalis- y algunos padres y maestros. La red televisiva Abc transmitió el evento ayer.
¿Qué es lo que más te gusta de ser Papa?
Después de los regalos, más preguntas. Clara (de Irlanda) preguntó qué le gustaba más de ser Papa: “Es estar con la gente, estar cerca de la gente me gusta mucho porque cuando estás con un anciano, con un niño, con una chica, con un hombre grande, cada uno te enseña algo de la vida y te hace que vivas la vida. Y se crea la relación con la gente”.
“Yo, cuando estoy con la gente, siempre aprendo algo. Y esto es muy importante para la vida: cuando me encuentro con una persona me pregunto qué tiene de bello esta persona, qué cosas buenas me ha enseñado o qué no me ha gustado”.
Y él mismo planteó otra pregunta al respecto: “¿Es mejor estar con la gente o estar alejados de la gente?”. Y la respuesta: “¡Mejor juntos!”. E insistió: “Para ser felices en la vida hay que construir puentes con la gente”.
Hoy celebramos a...