Kyle Maynard escala el Monte Aconcagua: 6962 metrosConocía el punto más alto de África, y el de América no le intimidaba. Por eso, “sin excusas” como él propone, y tras un intenso entrenamiento Kyle Maynard escaló el Monte Aconcagua. Como lo hacen muchísimos otros atletas de alta montaña, pero él se convirtió en el primero de ellos con cuádruple amputación congénita en llegar a los 6962 metros de la cumbre más alta de América.
Se trató de la culminación de un trabajo constante de preparación de dos años. Maynard y su equipo hicieron cumbre tras dos semanas de escalada, a través de hielo, piedras, aclimataciones, descansos forzados por el clima. La experiencia fue relatada por Kyle día a día por las redes sociales, desde los campamentos, acompañado por, entre otros, Kevin Cherilla, hombre con un ascenso al Everest, dos al Aconcagua, y más de 20 al Kilimanjaro.
La última jornada fue intensa, como todas. Salieron del campamento a las 6 de la mañana, y después de diez horas cruzando hielo y roca como nunca había tenido que cruzar Kyle, con lágrimas en los ojos, llegaron a la cima. Apenas se advierte en la fotografía de la cumbre la discapacidad de Kyle, entre tanto abrigo para soportar el frío, y precauciones para evitar que el sol queme la piel.
En su página de Facebook compartió otras fotografías de la travesía, en la que se confirma el valor del esfuerzo de Kyle, escalando con los miembros amputados desde antes del codo en el caso de los brazos, y desde antes de las rodillas en el caso de las piernas. “Levántense y hagan algo. En lugar de quejarse de las cosas que nos pasó a nosotros, es mejor darse cuenta de que hay una vida por vivir”, suele decir. “Como el mundo no iba a adaptarse a todas sus necesidades, debía ser Kyle quien se adaptara al mundo”, explica su padre en una entrevista a la NBC.
Kyle combina su intenso entrenamiento para este tipo de desafíos con charlas motivacionales en todo el mundo. Recientemente disertó en eventos en Portugal, Malasia, México. En 2005 publicó “Sin excusas”, libro best seller en el que plasma su mensaje de autosuperación. Además, se ha destacado en lucha, disciplina que practica desde los 11 años. Certificado como instructor de Cross fit, acompañó soldados heridos en combate en su reinserción y adaptación a nuevas condiciones físicas.
A los 30 años, este atleta ya conoció las cumbres más altas de América y África. Todo sin excusas.