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“Polvo eres”: el monasterio más antiguo de Irak, perdido para siempre

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Daniel Esparza - publicado el 24/02/16
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Del monasterio de San Elías de Mosul sólo quedan escasas ruinas y fotografías

Hasta hace unos meses, el monasterio seguía allí, en Nínive, al norte de Irak. A inicios del siglo veinte había recuperado apenas parte de su condición original, cuando algunos de sus salones y habitaciones fueron restauradas hasta que, a causa de sucesivas guerras, fue abandonado nuevamente.

El monasterio fue utilizado como centro de refugiados de la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, el sitio no dejó de estar relacionado con conflictos bélicos. Incluso, fue el blanco de un ataque durante la invasión a Irak: el monasterio estaba siendo usado como guarnición del ejército de Estados Unidos.

Hasta hace unos meses, el monasterio seguía allí, en Nínive, al norte de Irak.

Hasta hace unos meses, el monasterio seguía allí, en Nínive, al norte de Irak.

En 2008 otro grupo de soldados estadounidenses, apostados en el monasterio junto a un batallón de ingeniería, comenzaron a hacer un plano topográfico del lugar. Entonces el antiguo monasterio de San Elías de Mosul inició un lento camino de vuelta a lo que parecía ser una promisoria restauración.

Se hallaron restos de frescos en un azul cobalto que recuerda a los de los monasterios europeos orientales, y antiguas inscripciones piadosas en arameo, pidiendo al visitante que rezase por aquellos que vivían tras esas paredes, junto a antiquísimos restos de vasijas de barro que fueron hallados a todo lo largo y ancho del lugar.

No es de extrañar: el templo fue construido en el siglo VI por monjes asirios; luego fue reclamado por los caldeos hasta que, finalmente, a mediados del siglo XVIII, los monjes recibieron un ultimátum de parte de los invasores persas: o abandonaban el monasterio o morirían por la espada.

Los monjes, era de esperar, no abandonaron el lugar.

El templo fue construido en el siglo VI por monjes asirios; luego fue reclamado por los caldeos hasta que, finalmente, a mediados del siglo XVIII, los monjes recibieron un ultimátum de parte de los invasores persas: o abandonaban el monasterio o morirían por la espada.

El templo fue construido en el siglo VI por monjes asirios; luego fue reclamado por los caldeos hasta que, finalmente, a mediados del siglo XVIII, los monjes recibieron un ultimátum de parte de los invasores persas: o abandonaban el monasterio o morirían por la espada.

No fueron sólo las universidades de Mosul y de Chicago, junto a la UNESCO y el comité de conservación de antigüedades del gobierno iraquí quienes se interesaron en mantener el lugar. Todos los meses de noviembre, en la fiesta de San Elías (a quien el monasterio está dedicado), peregrinos de la zona aún acudían a Dair Mar Elia, como se conocía el sitio en árabe.

Lamentablemente, esta tradición de 1400 años ha llegado a su fin. Como a las torres funerarias de Palmira y los templos de Baal Shamin y de Bel, el monasterio de San Elías fue arrasado a mediados de enero de este año por las fuerzas del Estado Islámico (ISIS).

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