La noticia creó una alerta y un movimiento anti-refugiados Fue toda una conmoción en Alemania. Nada más conocerse los hechos se creó una alarma y una alerta. Una verdadera congoja después de conocerse que un centenar de mujeres habían sufrido agresiones sexuales y robos la noche de fin de año en la estación central de Colonia y en los alrededores de la catedral, y algunas decenas más en Hamburgo y Stuttgart.
Las primeras investigaciones hablaban de mil hombres “procedentes del mundo árabe y de África del Norte”, de entre 15 y 35 años, “fuertemente alcoholizados”. Según se explicaba entraban en pequeños grupos de 30 ó 40 y se adentrarían en la multitud del festejo para agredir sexualmente y robar a las mujeres.
Las informaciones tuvieron un gran eco social en Alemania y en toda Europa. Se trataba además de un momento especialmente sensible por la inmigración y por la oleada llegada a Alemania desde Siria y otros países islámicos. Incluso llegó a provocar un punto de inflexión sobre la política que se estaba realizando en estos temas.
Ahora, la fiscalía comienza a ofrecer primeros datos concluyentes de las investigaciones e identifica a 58 agresores participantes en los hechos. De estos 58 agresores, sólo han podido probar la participación de tres refugiados: dos sirios y un iraquí.
En aquel momento fueron muchas las preguntas que el mundo se hizo: ¿Es posible que los refugiados estén tan organizados como para haberse convocado, mil al mismo tiempo en una plaza? ¿Y provocando a la policía, con frases como “soy refugiado y no podéis hacerme nada porque Merkel me ha invitado?
Aún no se sabe a ciencia cierta lo que ocurrió esa noche, pero las primeras informaciones de la fiscalía alemana dan datos concretos: Sólo tres refugiados están implicados. Fue un momento de extrema sensibilidad y ahora se confirma lo que muchos decían: Hay que tener paciencia. No se puede echar la culpa de estas violaciones a la llegada a Alemania de miles de refugiados.