La Basílica de San Ponciano, fundada en 1883, guarda las reliquias del decimoctavo Papa.
El templo más antiguo de La Plata, Argentina, pasó dos años cerrado, desde 1998 hasta el 2000. La razón: devolver al magnífico edificio de estilo neogótico su esplendor inicial.
La piedra fundacional del templo fue colocada en junio de 1883 por el mismo fundador de la ciudad de La Plata, Dardo Rocha. El edificio fue terminado el 19 de noviembre del mismo año, día en el que se celebra la festividad de San Ponciano y, además, el aniversario de la fundación de la ciudad. Al ser el primer templo católico de la ciudad, San Ponciano, Papa y mártir, fue nombrado su patrono.
El proyecto original del edificio es del insigne arquitecto, ingeniero y urbanista argentino Pedro Benoit, el mismo que diseñó toda la proyección de la ciudad que sería la nueva capital de la provincia de Buenos Aires.
El exterior del edificio deja ver una serie de vitrales sobre la puerta de acceso, hechos por la firma alemana de Theo Mayr Rohrerhohe, que representan escenas de los Evangelios y de los Hechos de los Apóstoles, pero los vitrales de la sacristía, en los que se ven los siete sacramentos coronados por los siete dones del Espíritu Santo, fueron terminados 91 años después de inaugurado el templo.
La Basílica de San Ponciano, además, posee el órgano de tubos más grande del sur de Argentina, de la prestigiosa marca alemana Walcker, adquirido en 1920 y alberga tanto las reliquias de San Ponciano como el histórico camarín de Nuestra Señora de Luján, de más de 300 años de antigüedad.
La restauración de la catedral también reacondicionó el piso de mosaico veneciano original, instalado originalmente en 1910, reciclando las piezas de mosaico que se encontraban en los cruceros laterales. Los zócalos, de mármol rosso, fueron lustrados hasta recuperar su brillo original, y las decoraciones de paredes y techo, obra de los artistas italianos Colli y Rossi, fueron recuperados por los estudiantes y profesionales de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata quienes, además, también recuperaron el Via Crucis original de más de 100 años, adquirido en Francia en 1898.