Una Mini Jornada Mundial de la JuventudEsta vez no fue el antro, el concierto, la fiesta en el bar, la causa de su desvelo, cientos de miles de jóvenes, llegaron a la ciudad de Morelia desde el lunes 15 de febrero, para encontrarse con el Papa Francisco el martes 16 de febrero en el estadio Morelos de Morelia, Michoacán.
Y pasaron la noche acampando, bailando, cantando, gritando su amor por el Cristo y su Vicario en la tierra. Morelia se convirtió en el corazón de la juventud mexicana, una mini Jornada Mundial de la Juventud, pues han llegado de todos los continentes jóvenes en busca del Papa para hacer lío y fiesta con el sucesor de San Pedro.
La noche previa al encuentro con el Papa Francisco en el Estadio Morelos, fue muy fría, pero el ánimo, la alegría de la juventud del Papa calentaron esta ciudad y este estado tan lastimado por el narco.
La ciudad estuvo en vela, no durmió, la ansiedad por ver al Papa se apoderó de los jóvenes y se contagió a los habitantes de la ciudad de Morelia. La ruta por donde pasaría el Papa móvil lucía con hileras de sillas apartando un espacio, un huequito, para estar cerca del Sumo Pontífice.
Y la energía, la intensidad de la juventud católica, penetró los corazones de todos. Contagió, animó a los más tristes, a los más deprimidos. La juventud y su alegría, fruto del espíritu santo, vinieron a cambiar los rostros de los más pesimistas, más temerosos y desesperados por las heridas de la violencia del narcotráfico.
Esta juventud que no durmió, que veló con sus danzas y haciendo oración, son los nuevos profetas de esperanza, que buscarán con su testimonio y esperanza, cambiar la realidad de Morelia, Michoacán, México y el mundo entero, por la fuerza del amor, por la fuerza del Espíritu Santo. Cientos de miles de jóvenes, no durmieron, soñaron despiertos con un presente y un futuro mejor, con el Papa Francisco y con la providencia de Dios.