Así opina Pedro Faro, Director del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) El Papa Francisco vendrá a esta periferia llamada Chiapas. Periferia, es sabido, no sólo por los más de mil kilómetros que separan al sureño estado de la capital del país, sino por los ancestrales rezagos que padece en muchos rubros, y que lo hace colocarse como una de las zonas con mayor marginación en México.
Aunado a esto, la cuestión de los derechos humanos es un tema que sigue preocupando; hay vacíos y vicios en la procuración de justicia, que lesiona grandemente a las personas más vulnerables: indígenas, mujeres, niños, transmigrantes, entre otros.
¿Qué Chiapas encontrará el Papa? Hemos preguntado a Pedro Faro Navarro, director del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) –una organización fundada por el obispo Samuel Ruíz García en 1989–, y hace un balance de los claroscuros que en materia de derechos humanos se viven en el estado.
Dolor e indignación
Más allá del folclor que suelen vender las televisoras y de las realidades maquilladas que los gobiernos federal y estatal pretenden presentar ante los ojos del mundo, hay un estado que «está lleno de dolor e indignación; de casos impunes como es la masacre de Acteal; los desaparecidos de zona norte; los ejecutados extra judicialmente por el conflicto armado interno; pueblos desplazados de guerra; un Chiapas donde la tortura es un modo de investigación cotidiana», señala el director del Frayba.
El defensor de los derechos humanos sostiene que en Chiapas «el gobierno del estado no responde a las demandas fundamentales de los pueblos y comunidades de cada una de las regiones. Es un Chiapas maquillado por el gobierno, en donde el dinero y la manipulación es su forma de gobernar. Un Chiapas en donde la pobreza extrema se puede palpar fácilmente recorriendo algunas de las comunidades».
Pedro Faro lamenta que en el sureño estado “los feminicidios estén creciendo, la violencia contra la mujer es más visible. Las mujeres se están organizando para decir ‘ya basta’ a esta situación”.
También sostiene que, contrario a propaganda política del gobernador, hay un Chiapas donde “el gobierno no escucha, no tiene la capacidad de responder a las demandas más sensibles denunciadas por organizaciones como el Pueblo creyente u otras instancias de derechos humanos”.
La fe como motor de lucha y cambio
Sin embargo, a decir del director del Frayba, el Papa Francisco también “se encontrará con un Chiapas donde la organización de los pueblos y comunidades es la esperanza; donde la fe en la Iglesia católica o en las diferentes iglesias es un motor para la lucha en la defensa de sus derechos humanos; también donde el movimiento zapatista sigue vigente, promoviendo acciones desde la dignidad de los pueblos originarios; un Chiapas donde los procesos organizativos por la autonomía va avanzando a través de las resistencia de los diferentes pueblos, o como la sociedad civil Las abejas, o los adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, u otros movimientos que están empujando para cambiar la realidad en este estado”.