Los monjes capuchinos comparten su sabiduría milenaria para cultivarlaLa albahaca (lat., Ocimum basilicum) es una planta medicinal muy digestiva y al mismo tiempo activadora de las vías respiratorias, además, elimina el ardor de la orina, calma el dolor de oído, ¡es hipotensora y también hipoglucémica!
La albahaca blanca es un excelente tranquilizante que también se usa en casos de vómitos y mareo.
El olor de la albahaca ahuyenta a los mosquitos y en gastronomía se emplea para perfumar la pasta y algunas salsas. Por ejemplo, la albahaca es el ingrediente principal de la conocida y popular salsa italiana llamada pesto.
Los frailes capuchinos y las monjas capuchinas solían embellecer el austero espacio interior de sus iglesias conventuales con macetas de albahaca.
En un texto manuscrito inédito, encontramos enumeradas las ventajas que ofrecía a los hortelanos y a los jardineros conventuales el hecho de cultivar las flores y las plantas en macetas, especialmente las albahacas, empleadas, tradicionalmente, en la fiesta de la Virgen de los Ángeles, llamada también de la Porciúncula, el día 2 de agosto.
Los hortelanos capuchinos unos días antes de sembrar las semillas de albahaca, acostumbraban a ponerlas en remojo para acelerar su germinación, y también las regaban con estiércol de corral ablandado con agua (preferentemente de lluvia, que se creía más rica en nitratos) y así obtenían matas más resistentes y ufanas.
Fragmento de un artículo publicado originalmente por Catalunya Cristiana el 31 de enero de 2016