Maridajes monásticos: una guía para disfrutar quesos y cervezas trapenses
Chimay es, quizá, una de las más conocidas de las cervezas trapenses disponibles en el mercado, si no la más popular de todas. Pero en las granjas de la Abadía de Scourmont (vecina al pueblo belga de Chimay, de donde las cervezas toman su nombre), se produce además una serie de quesos que van desde los más cremosos (como el Poteaupré, que se derrite en la boca) hasta los más maduros (como el conocido Vieux Chimay, que se añeja hasta seis meses).
Los monjes han elaborado estos quesos teniendo en mente una serie de maridajes específicos con sus propias cervezas, cuyo proceso de elaboración se puede ver en este breve documental.
Para hacer la selección de quesos y cervezas trapenses disponibles para estos maridajes, se puede visitar la página que la Abadía de Scourmont ha diseñado específicamente para ello, en la que se encuentran recomendaciones generales que aplican a cualquier combinación, y recomendaciones específicas que señalan tipos de quesos y cervezas a combinar.
Los monjes recomiendan, en líneas generales, cuatro pasos para una buena cata de queso y cerveza:
- Tomar, con calma, un sorbo de la cerveza para apreciar su sabor por separado.
- Comer un trozo de queso, sin la corteza.
- Comer un trozo de queso, ahora incluyendo la corteza exterior.
- Finalmente, tomar un trago generoso de la cerveza para mezclar y disfrutar los distintos sabores en la boca.