“El Papa es más que una figura estética”

El doctor Rodrigo Guerra, director y fundador del Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV), y experto en doctrina social cristiana, platicó con El Observador sobre la próxima visita del papa Francisco a México; reflexiona sobre las prioridades y la preparación que debemos tener para recibirlo.

Rodrigo, México es un país con claroscuros y, podríamos decir, que con una fe light. ¿México sigue siendo fiel?

A mí me parece que cada generación tiene su propio drama, desafío o invitación que Dios nos hace a ser fieles. Entonces la fidelidad no es algo que sea una conquista lograda y después cada uno tenga que gozar sus consecuencias, sino que cada uno tiene que recuperar la conciencia de la importancia de la fidelidad.

Juan Pablo II, en su primer viaje apostólico, dio una homilía importantísima a este respecto y desde ese momento el tema de México, siempre fiel ha estado acompañándonos en nuestra conciencia cristiana y hoy, con Francisco, tenemos que abrir el corazón para ser confirmados en la fe, para que podamos seguir diciendo México, siempre fiel.

Pero la fidelidad, más allá de un grito o un eslogan, es el modo en que se vive la propia conversión personal e institucional.

Entonces hay fidelidad cuando la conversión es completa, no solamente atendiendo los asuntos de vida privada, que son importantes, sino también atendiendo nuestras responsabilidades sociales en un México tan herido como el que hoy tenemos.

¿Cuáles serían los temas, las prioridades a tratar en esta visita del Papa Francisco?

El Papa viene ante todo como pastor y desde un enfoque pastoral nos ayudará a tratar de tener una palabra para mirar nuestros propios desafíos. Los desafíos son parte de la agenda común de las preocupaciones de todos los mexicanos.

Primero que nada, el recuperar nuestra conciencia sobre qué somos y hacia dónde vamos; por eso es muy afortunado que el Papa visite la Ciudad de México y particularmente el Santuario de la Virgen de Guadalupe en donde seguramente nos ayudará a recuperar la conciencia de nuestra dimensión misionera y los desafíos que México tiene en el momento actual.

Segundo: el Papa seguramente es consciente, porque así lo ha expresado, de la violencia que vive México en los distintos estados de la república, ya sea por la lucha contra el narcotráfico, por la presencia del crimen organizado o por el tema de feminicidios en diversos estados.

Hay una agenda de derechos humanos que pasa también por el tema migratorio, que es una preocupación constante del Papa no sólo en México, sino en cualquier parte del mundo.

Creo que podemos esperar una palabra valiente y profética de Francisco en estos temas.

Tenemos que estar muy atentos porque normalmente rebasa las expectativas y previsiones que aun los analistas más perspicaces hacen sobre su presencia en un país, tal y como lo hemos visto en Cuba y en Estados Unidos.

¿Cómo prepararnos para recibirlo?

Los católicos tenemos que entender primero que el Papa es más que una figura estética. Ojalá todos, como Iglesia, podamos ayudarnos mutuamente a no solamente conmovernos por cierta foto o cierto gesto; lo importante es entender que él viene como vicario, como testigo, como misionero de Cristo, por eso hay que estar bien atentos a sus palabras.

Si como mexicanos nos preparamos a superar esta visión puramente emotiva, nos hará mucho bien.

La emotividad mexicana es una gracia, es un don, no es algo que combatir; lo importante es que esté acompañada por reflexión y juicio, para que entonces de aquí surjan no solamente emociones, que suelen ser efímeras, sino compromisos y decisiones en cada uno de nosotros, que nos permitan realmente acoger la invitación del Papa a renovar la dinámica de evangelización de nuestro país.

¿Espiritualmente cómo debe ser la preparación?

Es el tema más importante. La cuestión de acercarnos a los sacramentos y realmente pedirle a Dios una renovación y una apertura al corazón, para acoger la visita del Papa y aún en ese tema de la preparación espiritual, nuevamente, un acercamiento emotivo y estético.

Aun con la preparación espiritual creo que no será suficiente, es necesario que sí tengamos catequesis que ayude a que nuestra razón acompañe a nuestra emoción al momento de acoger la obra que Dios quiera hacer en nuestras vidas a través de los sacramentos y de la propia presencia del Papa.

En Estados Unidos pareciera que el Papa en su discurso impactó al Gobierno, a los responsables de las políticas. ¿En México podríamos esperar eso?

Me parece que el mensaje del Papa, en el ámbito social y hasta político, seguramente es predecible porque no oculta la doctrina social de la Iglesia.

Lo que tal vez tenemos como desafío es ayudar a los ambientes no cristianos a entender que la palabra social y política que el Papa nos pueda regalar no pretende sustituir o anular aquello que es propio de los partidos políticos o insinuar alguna preferencia político partidista; al contrario, lo que pretende es darnos una orientación, muchas veces a nivel de valores, de rumbo respecto del camino que es necesario emprender para salvaguardar la dignidad de la persona y en especial de los más pobres.

Desde ese punto de vista me parece que México tiene una agenda muy pendiente y esperemos que nuestras autoridades estén abiertas a acoger la voz profética de Francisco cuando él toque los temas de la pobreza y la inequidad tan dolorosa que existe en nuestro país.

Por Chucho Picón