¿Doy sólo lo necesario, lo importante? Me gustaría pensar más en lo que el otro sueña…María sabe mirar lo que nos hace falta, lo que nos gusta y hace ilusión. No sólo lo que necesito. Ve más allá de la necesidad. A veces me quedo sólo en lo necesario. Y María mira más hondo, en mi alma. Lo que me da alegría, lo que me ilusiona.
¿Qué hago yo? ¿Cómo miro yo a los otros? ¿Doy sólo lo necesario, lo importante? Me gustaría pensar más en lo que el otro sueña. En lo que le hace ilusión y le da alegría. Me gustaría saber sorprender. Aparecer con un plan nuevo, original, creativo. Llegar con un regalo cuando no toque.
Me gustaría saber adelantarme a los deseos de las personas a las que amo. Eso hizo María. María siempre se adelanta. Va por delante, como Jesús. Ella vela. Mira antes que nadie y ve lo que hace falta. Se fija en los detalles. En lo pequeño, en la alegría secreta que cada uno tiene.
Es una verdadera madre. Sabe qué es lo que más me ilusiona. ¿Lo sé yo? ¿Conozco el deseo de mi cónyuge, sus anhelos más hondos, lo que más le gusta? ¿Sé lo que quieren mis hijos, mis hermanos, mis amigos, mis padres? Aquello que les gusta y pocas veces piden. Lo que sueñan.
A veces no sé ni siquiera lo que yo necesito, lo que me hace falta a mí, lo que me causa alegría. Leía el otro día: “Si desconocemos nuestras necesidades reales empleamos nuestro tiempo y nuestra energía, procurando satisfacer necesidades falsas, necesidades que parten del no ser, que tienen que ver con programaciones, deseos de otros, reclamos surgidos desde la coraza del carácter”.
¡Qué importante saber lo que de verdad necesito, lo que llena mi alma! Me gustaría conocerme bien y saber lo que me viene mejor, lo que alegra mi corazón, lo que de verdad deseo para mi vida y no lo que otros desean para mí.
María lo sabe y me mira con ternura. Ella sabe cuál es mi sed, la sed del hombre y quiere que Jesús la calme con el mejor vino.