Trascendió, y confirmamos, que el plenario de obispos y cardenales de la Congregación de las Causas de los Santos dio el visto bueno al segundo milagro ya validado por las comisiones médicas y teológicas atribuido a la intercesión del Cura Brochero. Sólo resta que el Santo Padre convoque en un próximo consistorio a la ceremonia de canonización.
Brochero será así el segundo santo argentino, después de san Héctor Valdivieso Sáez, y el primero en haber nacido, vivido y fallecido en la Argentina. El Cura Gaucho, del que mucho se ha escrito ya en Aleteia y del que se puede profundizar con las notas referenciadas al pie de la nota, ha superado todos los pasos previos para la canonización con la misma paciencia con la que evangelizaba en la sierra cordobesa, como reflexionó el sacerdote argentino Guillermo Ortiz en una columna de Radio Vaticana.
Hay en Brochero una predilección por los niños. “Es un gran intercesor pero tiene un particular afecto por los niños: en el primer milagro un niño, una niña en el segundo, es evidente”, aseguró a Radio María el Obispo de Cruz del Eje monseñor Santiago Olivera, en cuyas tierras llevó a cabo gran parte de su misión este sacerdote prototipo del “Cura con olor a oveja”.
Pero entre los comentarios positivos que se suscitan a partir de que se va conociendo que en 2016 el cura propuesto como modelo para todos los sacerdotes argentinos sorprende las reflexiones de aquellos que no creen en Dios pero se inspiran por personas como Brochero. Es el caso del periodista Alfredo Leuco, cuyo diálogo con el Papa Francisco ante una crítica que Leuco le había hecho públicamente trascendió las fronteras.
Para Leuco, quien se reconoce agnóstico pero asegura creer en los que creen, “el cura Brochero es una bandera de lo mejor de los argentinos. De los que tienen o no tienen Fe”. Así lo aseguró en su columna radiofónica del 14 de enero, en términos parecidos a los que lo había hecho días previos a su beatificación.
Brochero, recordó Leuco en su programa vespertino de Radio Mitre, “además de la palabra de Dios, llevó a esos lugares hostiles, en el 1.800, el progreso social. Ese parece ser, su verdadero milagro. Gracias a su fe y a su empuje y valentía se construyeron colegios, 200 kilómetros de caminos, un dique, varios pueblos, un ramal del ferrocarril, la estafeta postal con el telégrafo y hasta un acueducto para conectar el río Panaholma con las acequias. Eso rompió tanta discriminación y aislamiento de esos campesinos que estaban tan cerca de Dios y tan lejos de las autoridades”.
Brochero, bandera argentina también para los que no creen, será pronto canonizado. Ese que los argentinos crecimos pensando que ya era santo, aunque con la racionalidad que arranca en la adolescencia nos enterábamos que faltaba una aprobación que ahora sí llega. Cabe al cristiano, aprovechando la atracción que la figura de Brochero emana, preguntarse como hace el padre Ortiz en su columna de Radio Vaticana, “¿Qué estoy haciendo yo como el cura Brochero para acercarme a mi prójimo sólo por el amor a Dios y no por otros intereses mezquinos y egoístas?”.
Más del Cura Brochero en Aleteia
http://es.aleteia.org/2015/11/21/la-prensa-testimonio-de-la-santidad-de-brochero/
http://es.aleteia.org/2015/11/05/brochero-un-paso-mas-cerca-de-ser-santo/
http://es.aleteia.org/2015/09/11/aprobado-el-segundo-milagro-del-cura-brochero/
http://es.aleteia.org/2015/03/16/hoy-celebramos-a-beato-jose-gabriel-del-rosario-brochero-2/http://es.aleteia.org/2015/03/14/a-caballo-y-por-la-sierra-pidiendo-por-la-canonizacion-del-cura-brochero/