“Según las estadísticas, por cada 50 horas que una persona dedica a cualquier actividad pro-vida, se salva una vida”.El viernes 22 de enero se realizará la tradicional marcha por la vida en Washington D.C. y como siempre, se espera la participación de cientos de miles de personas de todo el país que, una vez más, desafiando el frío, desfilarán por las calles de la capital del país alzando sus voces a favor de la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
El movimiento pro-vida de los Estados Unidos está cada vez más fuerte y organizado. Incluye una gran variedad de actividades, organizaciones y personas de todas clases y edades. Entre las actividades principales están: ofrecer alternativas al aborto, intervenir directamente para salvar bebés, educar, cabildear y dar alivio a las mujeres que han tenido abortos.
El padre Frank A. Pavone, Director Nacional de Sacerdotes Por la Vida, una asociación de sacerdotes católicos que se dedican de manera especial a promocionar la defensa y el carácter sagrado de la vida humana, comenta que: “el movimiento pro-vida puede ser aún más efectivo si cada uno de nosotros percibe claramente los retos específicos que existen en estos tiempos, y adopta las soluciones dictadas por dichos retos”, y señala en un artículo las siguientes consideraciones que deben tener en cuenta los activistas pro-vida:
1. Hay necesidad urgente de reclutar personas que participen en las actividades pro-vida. Todo cuanto hacemos, incluyendo las oraciones, requiere personas comprometidas para hacerlo. Hay un lugar para cada cual en el movimiento y pueden utilizarse las aptitudes de todos.
2. El adiestramiento a las personas que se reclutan para el movimiento, proporciona la perspectiva necesaria para trabajar eficazmente y evitar el desaliento. Para información sobre los programas de entrenamiento pueden llamar a Sacerdotes Por la Vida al 1-(718) 980-4400 ó al número gratuito 1- (888) -735-3448.
3. Los partidarios pro-vida requieren planes a largo plazo que no sólo deben ser una reacción hacia las actividades de quienes están en contra, sino que deben también reflejar sus propias metas, tratando de alcanzarlas en forma deliberada y efectiva.
4. El movimiento requiere profesionales a tiempo completo que dediquen sus conocimientos en los distintos campos para buscar soluciones al problema del aborto.
5. Aunque todos debemos tener interés en cualquier ataque a la vida humana, los grupos pro-vida no deben pensar que están obligados a atender todos los males que existen bajo el sol. Este sería un desperdicio de energías imprudente, impráctico e injusto, hasta el punto de no poder lograr mucho en ningún aspecto. Tenemos que insistir en que termine el aborto, sin pedir disculpas por nuestra insistencia.
6. Es esencial comprender que, muchos que apoyan el aborto admiten que realmente se está matando una criatura; pero dicen: ¿Y qué más da? Aún así debe ser una opción de la mujer. Aquí tenemos un problema llamado “relativismo”. Creen que el valor de una persona depende del valor que ellos quieran darle a esa persona. Tenemos que demostrar lo peligroso y absurdo que es el relativismo.
7. El aborto es malo para todos, no sólo para los cristianos. Los partidarios pro-vida deben tener la oportunidad de presentar su mensaje tanto en términos religiosos como seculares, con argumentos tomados de fuentes reconocidas por personas no religiosas o creyentes. De otro modo queda la puerta abierta para que, quienes apoyan el aborto, coloquen la posición pro-vida en una categoría exclusivamente “de creencia religiosa” que les permita considerarse ajenos a ella.
8. Al inspirar al público hacia una firme posición pro-vida, no es suficiente lograr que “sean pro-vida” es decir, que reconozcan su oposición al aborto. Hay que lograr que estén dispuestos a persuadir a otros a no realizar abortos. La justicia exige no sólo que pensemos como es debido, sino que tomemos las medidas necesarias para proteger a la víctima.
9. El aborto es un fenómeno local. Aunque se deben continuar las gestiones con el gobierno, los abortos no se realizan en los salones del Congreso. Ocurren al doblar de la esquina. Tenemos que asegurarnos que al dirigir nuestra atención a Washington no estamos olvidando nuestras comunidades locales.
10. Los abortos se basan en la doble mentira de decir que el feto no es un ser humano igual a nosotros y que es una ayuda a la mujer. Hay que luchar contra la primera sin dejar de poner atención a la segunda. El aborto daña física y psicológicamente a las mujeres, y hoy más que nunca hay evidencia de esto.
El mensaje pro-vida no es “ama a la criatura y olvídate de la mujer”. Ni tampoco puede creerse el mensaje pro-aborto de “ama a la mujer matando a la criatura.” La única posición razonable, apunta el padre Pavone, es la que mantiene el auténtico movimiento pro-vida: amarlos a los dos, a la madre y al hijo.
(Con información de Sacerdotes por la Vida)