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El famoso director Danny Boyle (Slumdog Millionaire, Trainspotting,…) afronta una aproximación al personaje de Steve Jobs que encarna el actor de moda Michael Fassbender.
El guión es del genio de los diálogos Aaron Sorkin, que al margen de su importante carrera en la ficción televisiva, había escrito antes para el cine el guión de La red social y se basa en la biografía de Jobs escrita por Walter Isaacson.
Nos llega la segunda película de ficción sobre el magnate de Apple, Steve Jobs. El fondo del biopic es muy similar a la primera (Jobs, 2013) en el sentido de que dibuja un personaje genial en su visión de negocio, pero depredador en las relaciones humanas.
En realidad nos presenta un Steve Jobs enfermo de narcisismo, que usa y tira a las personas sin miramientos en función de sus propios intereses. Se apunta al hecho de su conciencia de hijo adoptado como una de las causas de sus mal disimulados complejos.
La estructura narrativa no es la clásica del biopic, sino que gira en torno a tres eventos públicos de marketing protagonizados por Steve Jobs, tres lanzamiento de productos míticos de su compañía (el Macintosh, el NeXT Computer y el iMac).
Alrededor de cada uno de estos acontecimientos se crean situaciones y conversaciones que desvelan el pasado del personaje, el estado de sus relaciones personales y su momento profesional.
En todos los casos le acompaña su asesora, Joanna Hoffman, interpretada por una irreconocible Kate Winslet. Ella hace de frontón o catalizador que permite extraer de Jobs aristas y matices.
Sin duda lo más característico de este film es la inteligente verborrea de Aaron Sorkin, muy bien sostenida por los distintos actores, y la narración moderna de Boyle.
Entre todos saben construir un personaje que despierta atracción y repulsión y que es objeto de una mirada tan crítica como nada maniquea.