Niño pone su última esperanza en el Papa y le escribe.“Ha sido el mejor regalo posible en Navidad”, dice madre del menor tras gesto del PapaEl papa Francisco al final del Ángelus del 26 de diciembre, fiesta de San Esteban, saludo a todos y pidió disculpas por no poder responder a cada una de las personas que le han enviados saludos navideños. En efecto, deben ser miles y miles. Sin embargo, una carta muy especial ha conmovido a papa Francisco en esta Navidad.
Un niño escribió al Santo Padre para pedirle que rezara mucho por un familiar muy enfermo, la sorpresa es que tras unos días recibió una llamada del Pontífice en persona, informó la parroquia de San Nicola de Bari di Mendicino, en la provincia italiana de Cosenza (Calabria) a través de su página oficial en Facebook.
Reconocido por visitar el oratorio de la parroquia, el chico decidió poner su ultima esperanza en las oraciones del Papa para que su tía más querida se sanara de una enfermedad que causaba dolor a toda la familia.
De ahí que, pocos días antes de Navidad, el Papa tomó el teléfono y llamó al número del domicilio referido en la carta para hablar con el chico, que en ese momento no estaba en casa, y para hablar con la madre del pequeño creyente.
Después de algunos momentos de sorpresa e incredulidad, la conversación duró varios minutos. El Papa “ha querido informarse, casi como si fuera parte de la familia”, contó la madre.
Para dar testimonio, el párroco de San Nicola de Bari, el sacerdote Enzo Gabrieli, compartió la noticia con los fieles que vinieron a la Iglesia para la misa de Navidad. Una llamada telefónica fuera de los protocolos y de los gestos circunstanciales, que valió más de mil palabras de una homilía.
En cambio, manteniendo, la privacidad de la familia, el párroco contó que del otro lado del teléfono había un interlocutor comedido ante la dificultad de esa familia “que quería informarse, saber, como si se tratara de uno más de la familia o de un amigo cercano”.
Aún queriendo mantener el anonimato, la familia informó al párroco porque fue un dono tan grande de “consolación y esperanza” para tenerlo solo para ellos y no compartirlo con los demás. “Fue el regalo de navidad más grande que jamás hemos recibido en un momento de sufrimiento”, confirmaron los papas del niño.