Sus investigaciones han comprobado que no era cierto que una hostia sangrase en la parroquia de San Francisco Javier
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Probablemente recuerdes esta historia del mes pasado. En noviembre de 2015, se alegó que una hostia consagrada (una oblea de pan comunal) de la iglesia San Francisco Javier de Kearns, Utah, Estados Unidos, parecía estar sangrando.
Una investigación concienzuda ha concluido que la hostia no estaba sangrando, sino que el cambio de apariencia en la oblea era producto de un hongo rojizo sobre el pan. La hostia consagrada ha sido desechada de forma respetuosa, tal y como se exige.
La labor del comité investigador sucedió como sigue a continuación:
En la iglesia de San Francisco Javier en Kearns, Utah, en el fin de semana del 14 al 15 de noviembre de 2015, se alegó que una hostia, consagrada una semana antes en la misa del 8 de noviembre a las 1:30 pm, parecía sangrar.
La hostia fue expuesta públicamente ante un número creciente de parroquianos. En vista del entusiasmo generado por la prematura e imprudente exposición pública y veneración de dicha hostia, el Administrador de la diócesis de Salt Lake City, Colin F. Bircumshaw, designó el 19 de noviembre de 2015 un comité ad hoc para investigar la cuestión.
Este comité ad hoc estuvo compuesto de individuos expertos en teología católica, derecho canónico, biología molecular y en clerecía.
El comité consideró cuidadosamente todos los acontecimientos de los que informaron Eugenio Yarce, pastor de la iglesia de San Francisco Javier, y diversos parroquianos.
Un elemento crucial en el desarrollo de los acontecimientos fue el hecho de que la hostia en cuestión permaneció sin protección ni atención alguna en un plato con agua entre, aproximadamente, el 8 y el 14 de noviembre de 2015.
De forma diligente y cuidadosa, el comité contrató los servicios de confianza de un científico competente para llevar a cabo una serie de exámenes controlados a la hostia.
Se puso un máximo cuidado para asegurar una manipulación respetuosa de la hostia consagrada durante el proceso de examen científico.
Tras la realización de los exámenes prescritos, el científico, con la ayuda de un observador independiente, concluyó que el cambio producido en la hostia podía ser explicado de forma satisfactoria y concluyente por causas naturales, a saber, el crecimiento de lo que se conoce comúnmente como “moho rojo del pan”, o bacteria roja, con toda seguridad Neurospora cressa o Serratia marcescens.
Debido a la exhibición pública de la hostia, comenzaron a circular, tanto en diversos medios de comunicación una serie de testimonios que incluían fotografías y vídeos digitales.
Como era previsible, estos testimonios provocaron una serie de especulaciones imprudentes sobre la causa del cambio de color de la hostia.
En la historia de la Iglesia, por Divina Providencia, se han producido milagros. El único propósito de un milagro es atraer bondad. Las falsas declaraciones de un milagro, por contra, causan daño a los creyentes e hieren la credibilidad de la Iglesia.
Aunque no hay que descartar la posibilidad de los milagros, hay que comprender el daño potencial que podría causar a todos los creyentes, laicos y clérigos por igual, el precipitarse presurosamente sobre determinadas conclusiones.
Es preciso actuar con extrema prudencia. Es necesaria la guía de la autoridad eclesiástica competente a la hora de confrontar fenómenos como el referido en la Parroquia de San Francisco Javier el mes pasado.