El 84,5% de las parejas desearían tener entre 2 y 5 o más hijos, pero solo se tienen 1,3 por mujer fértil
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En un país en el que la baja natalidad y el envejecimiento de la población son dos de las cuestiones más preocupantes de cara al futuro, cabe preguntarse por qué en las familias españolas cada vez nacen menos hijos, cuando el incremento de la natalidad es el factor clave para el sostenimiento del Estado del Bienestar y del sistema público de pensiones.
En ese sentido, cabe recordar que, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población española ya ha alcanzado un crecimiento vegetativo negativo por primera vez desde 1999. Es decir que el número de defunciones supera la cifra de nacimientos.
En cualquier caso, una respuesta a la anterior pregunta nos la ofrece el estudio ‘Opiniones y actitudes sobre la familia (II)’, elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
El deseo, entre 2 y 5 hijos
En una de las preguntas de ese estudio, el CIS plantea a los encuestados la siguiente cuestión: “¿cuál es el número ideal de hijos/as para Ud. personalmente?”.
Las respuestas son totalmente favorables a la natalidad: un 51,7% apuesta por dos hijos; un 24,7% desearía
tener tres; y un 5,3%, cuatro. Si sumamos los que desean cinco o más, el resultado es 2,8%.
Así, un total del 84,5% de los encuestados desearía tener dos o más hijos, como se puede observar en el cuatro que acompaña esta información, reproducido a partir del estudio del CIS.
Si esto es así, los resultados del estudio del CIS constatan una evidente paradoja si se comparan con esta realidad: la tasa de fertilidad española es de 1,3 hijos por mujer fértil. Es una más de las contradicciones de esta sociedad desvinculada.
Al mismo tiempo, los encuestados que apuestan por no tener hijos son el 2,5%; y los que solo desean uno, el 7,1%.
¿Por qué se tienen pocos hijos?
En otra de las cuestiones planteadas, las respuestas ofrecen pistas certeras sobre el porqué los españoles y españolas tienen pocos hijos. Y también algunas de esas respuestas apuntan a los efectos de la sociedad desvinculada.
Como se ve en este segundo cuadro, también reproducido de los datos del CIS, alrededor de un 30%, en mayor o menor medida, retrasan demasiado tener el primer hijo, consideran que tener un hijo entorpece su trabajo, que los hijos atan mucho, que son una gran responsabilidad o que no hay suficientes ayudas públicas que faciliten la decisión de tenerlos.
¿Por qué la gente tiene pocos hijos?
En este apartado el estudio proponía una respuesta múltiple para la pregunta “¿cuáles considera Ud que son las principales razones por las que la gente tiene pocos/as hijos/as?, y estos son los resultados concretos más significativos:
Un 89,5% asegura que la principal causa es la “falta de medios económicos”; un 26,9% “retrasa demasiado tener el/la primer/a hijo/a”; un 38,1% “para no entorpecer la carrera profesional”; un 36,6% “porque los hijos/as son una gran responsabilidad”; un 29% porque “los hijos/as atan mucho; y un 27,7% “por no existir suficientes ayudas públicas”.
A favor del matrimonio
Por otra parte, el CIS preguntaba también es este estudio sobre “hasta qué punto la gente “está muy de acuerdo, bastante de acuerdo, poco o nada de acuerdo” con una serie de frases referentes al matrimonio y los hijos, como se ve en este tercer cuadro.
Aquí cabe destacar la suma de quienes están poco de acuerdo o nada de acuerdo con estas afirmaciones, que viene a confirmar que los encuestados están a favor del matrimonio y los hijos.
“El matrimonio es un obstáculo para la vida profesional del hombre”, o “de la mujer. En el primer caso, un total de un 93,3% está poco o nada de acuerdo; en el de las mujeres, el porcentaje baja hasta un 77,7%.
“El hecho de tener hijos/as es un obstáculo para la vida profesional del hombre” o “de la mujer”. Un 88,1% está poco o nada de acuerdo con esta afirmación; en el caso de ellas el porcentaje baja hasta el 45,9%%.
¿Y las ayudas?
El estudio también plantea, con un máximo de tres respuestas, cuál es la opinión de los encuestados respecto a “qué medidas consideran que debería impulsar el Gobierno para facilitar la vida familiar”. Las conclusiones se pueden ver en este otro cuadro:
El máximo porcentaje en las respuestas es para las “ayudas personales a las personas que no pueden valerse por sí mismas” (52,5%).
Por detrás están “flexibilizar la jornada laboral de trabajadores y trabajadoras con responsabilidades familiares” (48,5%); “mejorar las prestaciones familiares de la Seguridad Social por hijo/a a cargo” (33,8%); “otorgar asignaciones a las madres y los padres que no trabajan porque prefieren cuidar de sus hijos/as pequeños/as” (28,5%); “prolongar la baja por maternidad de las mujeres que trabajan fuera de casa” (21%); y “ampliar la oferta de educación infantil para menores de tres años”.
Por debajo del 20%, hay otras cuestiones también importantes, como obtener mejores viviendas o un mejor tratamiento fiscal, como muestra en el cuadro.
Los efectos del primer hijo
Otra cuestión importante para los encuestados es “si haber tenido el primer hijo/a ha supuesto algún cambio en su vida profesional”. Y de las respuestas se deduce que la llegada de un bebé al seno familiar no es un factor determinante que pueda afectar significativamente a la actividad profesional.
Así, la respuesta ha sido “no” para las siguientes cuestiones:
“Ha dejado de estudiar antes de lo deseado” (75,9%); “su empleo se ha estabilizado” (84%); “ha reducido su actividad laboral” (85,7%); “ha interrumpido su trabajo durante un año o más” (89,1%); “ha aceptado un trabajo por debajo de su formación” (89,5%); “ha limitado su oportunidad de promoción” (85,8%); y “ha dejado de trabajar definitivamente” (91,8%).
Artículo originalmente publicada por Forum Libertas