La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha ofrecido datos sobre la incidencia de la malaria en el mundo y su mortalidad anual ha pasado de 839.000 a 438.000 en los últimos quince años.
La malaria es una enfermedad que afecta a casi la mitad de la población mundial y en 2015 afectó a 214 millones de personas. Datos que se dan en los países más pobres de África, que tienen el 88% de los casos.
El informe de la OMS destaca que comienzan a cumplirse algunos de los Objetivos del Milenio, como es por ejemplo el 6C que alude a “detener y comenzar a reducir la incidencia del paludismo y otras enfermedades graves entre 2000 y 2015”.
Entre otras cosas se destaca que mientras que el año 2000 sólo13 países tuvieron menos de 1.000 casos de malaria; ahora en 2014, 16 países registraron cero casos autóctonos. En la región Europea, por primera vez, se notificaron cero casos indígenas de paludismo.
Las causas de este descenso se encuentra en las mosquiteras tratadas con insecticidas (MTI) por delante incluso de los tratamientos combinados basados en artemisininas y de los rociamientos intradomiciliarios.
Aún queda por hacer
Aún es pronto para hablar de eliminación de la enfermedad ya que el 82% de los casos de paludismo y el 90% de las muertes por esta enfermedad se produjeron en África y los menores de 5 años y las embarazadas son los más afectados por la enfermedad.
Entre las nuevas estrategias para 2030 se encuentran reducir los casos de paludismo y las muertes por esta causa en un 90%. En el último decenio cuatro países han conseguido la certificación de que están libres de malaria. La estrategia para después de 2015 fija el objetivo de eliminar la enfermedad en otros 35 países para 2030.