Estimados amigos:
Hace unos años, en la década de los 90 del siglo pasado, un grupo de monjes cistercienses de Tibhrine (Argelia) que vivía en armonía con la población musulmana de la zona, tuvo que tomar una decisión ante la amenaza de un grupo fundamentalista islámico: huir y salvar la vida, o quedarse en el monasterio hasta las últimas consecuencias.
Sus reflexiones sobre el amor a su vida, el miedo a una muerte violenta, su sentido del deber, la fuerza de los lazos de la amistad con la comunidad musulmana, el cumplimiento de la voluntad de Dios, etc. nos interpelan hoy con una fuerza especial.
Esta historia, además de ser real, es también el argumento de “De dioses y hombres”, un ejemplo de película que enriquece a quien la ve, que cuestiona, que invita a pensar, que transmite valores. Es una de las películas que escogimos para el ciclo de Cinefórums sobre Libertad, Tolerancia y Persecución Religiosa que ha tenido lugar en Barcelona durante este pasado mes de octubre, y que ha sido un éxito: con muchos asistentes, personas entusiasmadas que han pedido que en los años siguientes continúe lo iniciado, ponentes extraordinarios, testimonios impactantes…
Hemos tratado de los cristianos en países islámicos, los creyentes en países comunistas, las relaciones de musulmanes con hindúes y judíos, la persecución religiosa en España. Varios de quienes dirigieron las sesiones y de los asistentes eran protagonistas o conocedores directos de los hechos. Impactó que algunos de los asistentes se presentaran como musulmán, judío o no creyente para aportar su criterio o experiencia en el debate posterior, y nos contara qué reflexiones le había suscitado la película.
En cada unos de estos ciclos que organizamos, en cada cinefórum en el que colabora CinemaNet, en cada parroquia o asociación a la que vamos, palpamos la tremenda fuerza que tiene el cine, para construir y para destruir, para transmitir buenos valores o para esparcir los mayores vicios. Muchas veces es una película -una buena película- la que hace de resorte para la toma de decisiones: de salvar un matrimonio, de no abortar, de ser más generoso, de pedir perdón, de abordar una conversación con un hijo en dificultades,… Es en este ámbito de descanso y relajación en el que una película puede a veces penetrar hasta lo más intimo de nuestro ser, y removernos.
Desde CinemaNet estamos convencidos del gran bien que el cine puede hacer a la sociedad en general, y a nuestros familiares, amigos y conocidos en concreto. Estamos llevando a cabo ya un buen número de actividades, pero sin duda el alcance es mucho menor del que nos gustaría por falta de recursos, tanto humanos -¡necesitamos voluntarios!- como económicos. ¿Nos ayudas?
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Muchas gracias por vuestra atención y vuestra colaboración,
Daniel Arasa
Director de CinemaNet
Artículo originalmente publicado por CinemaNet
Hoy celebramos a...