El Pontífice cuenta dos parábolas modernas de un joven en política y el funeral del hombre corrupto a los jóvenes de Kenia para que nos dejen robar la esperanzahttps://youtu.be/IBwvMWg55Lk
“La corrupción es algo que se nos mete adentro. Es como el azúcar, nos gusta, es fácil y después terminamos mal. Y con tanta azúcar fácil terminamos diabéticos o nuestro país termina diabético”, dijo el papa Francisco a los jóvenes de Kenia este viernes 27 de noviembre en el Estadio Kasarani.
El Papa sorprendió a los 70.000 jóvenes denunciando que la corrupción tiene lugar en todas las instituciones, también en el Vaticano. “Un ejemplo no más, pero no sólo en la política, en todas las instituciones también en el Vaticano hay casos de corrupción”, dijo.
“La corrupción es algo que se nos mete adentro. Es como el azúcar, nos gusta, es fácil y después terminamos mal. Y con tanta azúcar fácil terminamos diabéticos o nuestro país termina diabético” añadió.
“Cada vez que aceptamos una coima (un soborno) destruimos nuestra personalidad y destruimos nuestra patria. ¡Por favor no le tomen el gusto a esa azúcar que se llama corrupción!”, exhortó.
El Papa dejó a un lado las hojas preparadas e improvisó un discurso basado en las preguntas de los jóvenes. ¿Cómo podemos ser cristianos y combatir el mal de la corrupción?
La parábola moderna del joven que creía en la política
El Papa respondió con una anécdota de un joven que en Argentina quería hacer política. “Estudiaba entusiasmado” y consiguió un trabajo en un ministerio…un día tuvo que decidir sobre qué cosa había que comprar y entonces pidió tres presupuestos.. los estudió y eligió el más barato”, expuso
“Y fue a la oficina de su jefe para que lo firmara. ¿Por qué elegiste este? – Porque hay que elegir el más conveniente para las finanzas del país. –‘No, hay que elegir aquel que te da más para llevarte al bolsillo’.– Y el joven responde: ‘Yo hago política para hacer grande a la patria’. Y el jefe le responde: ‘Yo hago política para robar”.
En el contexto del estadio, el Papa comparó la vida al deporte hablando de la corrupción. “¿Ustedes son como deportistas que vienen al estadio a ganar o son como aquellos que ya vendieron la victoria a los otros y se pusieron la plata en el bolsillo? A ustedes les toca elegir”.
“Padre, pero yo veo que todos corrompen… Yo veo tanta gente que se vende por un poco de plata sin preocuparse de la vida de los demás. ¡Como todas las cosas hay que empezar! Si no quieres la corrupción en tu vida, en tu corazón, en tu patria, inicia por ti; si no empiezas tú tampoco va a iniciar el vecino…”, constató.
Sucesivamente alertó: “La corrupción también nos roba la alegría, la paz… la persona corrupta no vive en paz”, dijo ante un aplauso de la platea.
El funeral del hombre corrupto
En otro episodio, el Pontífice narró la historia de un hombre que murió y todos sabían que era un gran corrupto. “Yo pregunte unos días después: ¿Cómo fue el funeral? Y una señora con muy buen humor me contestó: ‘Padre no podían cerrar el cajón porque se quería llevar toda la plata que había robado”, dijo (risas de los jóvenes).
Luego advirtió de las consecuencias de la corrupción: lo que van a robar se va a quedar acá y lo va a gozar otro, pero también va a quedar…y grábemelo, se queda en el corazón de tantos hombres y mujeres que quedaron heridos por tu ejemplo de corrupción, va a quedar en la falta de bien que pudiste hacer y no hiciste, va a quedar en los chicos enfermos con hambre porque el dinero que era para ellos por tu corrección te lo guardaste para ti”, añadió.
“¡La corrupción, chicos y chicas no es un camino de vida, es un camino de muerte!” , exclamó perentorio.
Los jóvenes regalaron un rosario al Papa Francisco, que lo citó varias veces en su discurso y sus agradecimientos.