separateurCreated with Sketch.

¿Cómo puedo prometer un amor eterno que no poseo?

Anillo

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Carlos Padilla Esteban - publicado el 14/11/15
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Sólo hay una manera de tomar decisiones eternasSé que mi corazón finito está hecho para lo infinito. Lo sé por lo que anhelo y por lo que sueño. Por lo que espero y lo que deseo. Es verdad que amo contando, cuantificando. Pero el deseo es infinito.

Anoto días y momentos queriendo retener el tiempo. Tengo fechas, hitos y segundos. Me gustaría que los segundos llenos de luz fueran eternos. Pero no logro añadir un solo día a la cuenta de mi vida.

Y a veces no sé amar para siempre, comprometerme para siempre. ¿Qué sucede con mis promesas? ¿Tienen más valor si son para siempre? ¿O si son más realistas y se limitan en el tiempo? ¿Puedo prometer inseguro y dubitativo un amor eterno que no poseo?

Hoy cuesta tanto decir que sí para siempre… Asumir compromisos eternos. ¡Cómo va a poder un deseo infinito hacerse realidad en mi capacidad de amar tan finita y limitada!

Cuestan esas ataduras eternas que nos limitan y chocan con nuestra torpeza. ¿Y si todo cambia en un segundo? ¿Y si se hace imposible mantenernos fieles a lo prometido? ¿Y si el amor primero se desvanece como el polvo entre los dedos? ¿Es posible jugar a ser dioses conjugando la vida en términos eternos?

Una persona rezaba: Quiero soñar lo que Tú sueñas, despertar donde me pidas. Quiero ser pobre y audaz, niño y valiente. Quiero ser santo y vivir eternamente. Pero no para ser recordado. En realidad sé que los santos no pretendían ser santos. Sólo anhelaban tu camino por amor. Querían seguirte por amor siempre y ser felices amándote. Eso es lo que quiero, vivir a tu lado siempre. No quiero esa santidad de los libros. No busco una perfección que no poseo. Sólo quiero decirte sí y seguir tus pasos, cada paso.

Me cuesta pensar en dar la vida para siempre, a todos, en todo momento, todos los segundos. Me guardo, me reservo. Me gusta ir hacia atrás en el tiempo y contar los años que llevo caminando y alegrarme.

A veces me proyecto hacia delante y sueño, o temo, o espero. Sueño con lo eterno. Pero mi mirada no alcanza el infinito. Sólo se abisma con temor en el océano inmenso y se turba. No me alcanza la vista.

Pensar en términos eternos me lleva a mirar por encima del abismo. Por encima de mí mismo. Da vértigo. ¿Cómo es posible tomar decisiones eternas? ¿Cómo podremos mantenernos firmes en un mar sin orillas? Sólo por la gracia de Dios. Sólo si Él navega conmigo.

Sólo así es posible soñar con un cielo eterno. Sólo así es posible vivir la vida, el presente, soñando lo que mis ojos sólo intuyen.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.