En audiencia a miembros pro-vida, el Pontífice invita a ayudar a las mujeres y personas en dificultad El Papa Francisco concedió una audiencia este viernes 6 de noviembre a los participantes del 35 Congreso Nacional italiano de diversos centros de Ayuda a la vida en la Sala Regia del Palacio Apostólico del Vaticano.
“Habéis venido a Roma de toda Italia para participar ….renovar una vez más el compromiso de defender y promover la vida humana”, saludó el Papa a los operadores pro-vida.
El Papa les exhortó a seguir su misión con dedicación para llegar a tantas personas débiles y marginadas.
Citando la encíclica Laudato Si, sostuvo que si por una parte, “no parece practicable el camino educativo para acoger a los seres débiles que nos rodean (…) desde el momento que no se da protección al embrión humano” (120), por otra parte, “la misma vida humana es un don que tiene que ser protegido de las diversas formas de degradación”, indicó.
De hecho, “debemos verificar con dolor que son tantas las personas que viven en condiciones extremas, que piden nuestra atención y nuestro compromiso solidario”.
De esta manera, les invitó a seguir su labor porque “no es solamente un servicio social”, y les llamó discípulos de Cristo para ayudar sobre todo a quienes son “vulnerables debido a la pobreza, enfermedad, desempleo y por la falta de una casa. “¡Cuántos ancianos sufren el peso de la soledad!”, dijo.
Y lamentó: “¡Cuántos jóvenes están perdidos y amenazados por las dependencias y otras esclavitudes, y esperan encontrar confianza en la vida!”.
Así, explicó la parábola del buen samaritano aplicada a las realidad de los pobres. “Estas personas heridas en el cuerpo y en el espíritu son la imagen de aquel hombre del Evangelio que, recorriendo el camino de Jerusalén a Jericó, tropezó con los bribones que le asaltaron y golpearon. Él sufrió primero la indiferencia de algunos y después la proximidad del buen samaritano (cfr. Lc 10, 30-37)”.
El Papa llevó a nuestros días la parábola del buen samaritano y señaló que “también en nuestra época existen aún tantos heridos a causa de los bribones de hoy”, delante de los cuales “algunos mirarán hacia el otro lado o siguen de largo”, y por su parte otros “se detienen y responden con dedicación generosa a su pedido de ayuda”.
Al inicio de la audiencia, en el contexto del Jubileo de la Misericordia, los responsables del Congreso agradecieron al Papa por el próximo año santo y que concederá el perdón a las mujeres que han abortado, al mismo tiempo que se mantiene firme la defensa de la vida por parte de la Iglesia, desde su concepción hasta la muerte. En este sentido, la labor de los operadores está volcada a una atención especial a las mujeres embarazadas.
Por último, el Papa aplaudió que en los centros de ayuda a la vida sean recibidos todos “sin discriminación” alguna.
Igualmente, subrayó “la importante cantidad de mujeres, especialmente inmigrantes que se dirigen a estos centros” y esta es la prueba de “que cuando se ofrece un apoyo concreto, la mujer a pesar de los problemas y condicionamientos, puede hacer triunfar dentro de sí el sentido del amor y de la vida materna”.