Restauración arqueológica de la Cárcel Mamertina en Roma ofrece revelaciones más allá de toda expectativa sobre San Pedro y la antigüedad pagana
La “Cárcel Marmetina”, o “Cárcel de San Pedro”, fue la “prisión de Estado” del antiguo Imperio Romano.
Ahí iban a parar los presos antes de morir: reyes y poderosos de la tierra derrotados por la legiones romanas, como Vercingetorix, jefe bárbaro de Galia (Francia); Jugurta, rey de Numidia; Poncio rey de los Sannitas y muchos otros.
Sin embargo, esa cárcel se volvió más famosa por haber encarcelado a los apóstoles san Pedro y san Pablo, en tiempos de Nerón. San Pedro, especialmente, realizó milagros históricos.
Lugar donde quedó impreso el rostro de San Pedro.
Ahí está la impresión milagrosa de la cabeza del Vicario de Cristo en una pared. La cárcel fue cavada en una capa de piedra volcánica conocida como “tufo”.
Cuando san Pedro bajaba por la estrecha escalera, aún hoy usada, fue brutalmente empujado por los azotes y golpeó contra el muro. La piedra se ablandó y una parte de su rostro se quedó impreso, y ahí puede verse y venerarse.
Aquella escalera era una auténtica “bajada a los infiernos” pues de la planta inferior habitualmente nunca se lograba salir.
Los prisioneros morían de frío, hambre y enfermedad, o eran arrojados a una fosa donde fallecían destrozados.
En aquella caverna oscura desaparecían, tras ser exhibidos como trofeos, reyes y jefes de estado enemigos de Roma.
“De esa manera, eran abandonados a los poderes infernales, tragados por la tierra y borrados de la existencia. No existen otros ejemplos comparables”, observa la Dra. Patrizia Fortini, arqueóloga de la Superintendencia para los bienes arqueológicos de Roma, quien dirige los trabajos de restauración emprendidos a partir de 1985, según una noticia del diario italiano La Repubblica.
El ambiente es bochornoso. El techo muy bajo comunica una sensación escalofriante reforzada por las rejas de hierro negro que aún existen.
En ese sótano sin ventanas, húmedo y fétido, san Pedro convirtió a los carceleros Processo y Martiniano, posteriormente mártires, y a 47 prisioneros.
Prisión de san Pedro, a la izquierda la fuente milagrosa
No teniendo agua para bautizarlos hizo brotar una fuente del suelo. Finalmente, san Pedro fue liberado por un ángel.
Las correas que lo ataban hoy son veneradas como reliquias en la cercana iglesia de San Pietro in Vincoli (San Pedro encadenado).
Los arqueólogos quitaron algunos pisos modernos y renacentistas y dejaron aparentemente el suelo de la época en que san Pedro pasó por la prisión.
Los trabajos revelaron frescos de los siglos XII y XIV completamente desconocidos. También fue posible localizar la comunicación que unía la prisión al predio del senado frente a la “Cárcel de San Pedro”.
Sin embargo, todavía hay misterios por aclarar.
Video: la cárcel de San Pedro en Roma
[protected-iframe id=»2c973e0e88245b63b1a9e9f9e97fb813-95521297-93014404″ info=»https://www.youtube.com/embed/E4sMpRi4UZU» width=»420″ height=»315″ frameborder=»0″ allowfullscreen=»»]