¿Cuánto afecta el VatiLeaks II la imagen del papa Francisco?Las “intrigas de corte” no logran tirar a degüello la estatura moral de papa Francisco, que, en cambio crece bajo la sombra plácida de su coherencia entre palabras y acciones. A diferencia de muchos ‘hombres píos de poder’ que viven rodeados de privilegios, el Papa vive en una habitación amplia, la n.201, ubicada en el segundo piso de la residencia de Santa Marta en el Vaticano, donde en 50 metros cuadrados hay espacio para su cama, dos mesitas de noche, un escritorio, una biblioteca pequeña, un altar a San José y para apoyar el breviario.
Por otro lado, tenemos la trama del escándalo VatiLeaks que se teje entre documentos vaticanos reservados y la fuga de datos publicados de forma ilícita a través de dos libros a la venta en Italia y en 23 países en el mundo: “Vía Crucis” de Gianluigi Nuzzi y “Avaricia” de Emiliano Fittipaldi. Se esperan ventas millonarias que seguro no irán en beneficencia.
Detrás de esta historia acechan los detractores de manejos financieros turbios, derroche de dinero por parte de altos prelados, nepotismo y corrupción debido a favores inmobiliarios y privilegios.
En este contexto, ¿cuánto afecta el escándalo VatiLeaks II a la imagen del Papa Francisco? El veredicto escueto es: en nada. Por el contario, el Pontífice refuerza el mensaje profético de sus palabras: “el poder es servicio, el único poder es el de la cruz”, y ésta última pesa en sus hombros de pastor, pero, él “sigue adelante sereno”, a pesar de las dificultades, como corroboró este miércoles, el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
La investigación vaticana prosigue; por el momento, los únicos dos acusados de sustraer información confidencial y violar la confianza del Papa son el monseñor español, Lucio Ángel Vallejo Balda y la abogada italiana, Francesca Chaqouqui.
“Quiero una Iglesia pobre y para los pobres”, dijo Bergoglio apenas hecho papa. Posición reiterada en la reunión a puerta cerrada con los purpurados que se ocupan de cuestiones económicas y grabada clandestinamente el 3 de julio de 2013. Allí se aprecia su voluntad de llegar a la transparencia sobre las cuentas, sobre la gestión de las contrataciones y sobre los costos. Proceso iniciado y troncado a daño de su predecesor Benedicto XVI. Otro cuervo pequeño fue desplumado en ese entonces.
En este sentido, la reforma del Vaticano y de la administración de los bienes de la Santa Sede, parafraseando al Papa, son una “realidad que supera las ideas”. El Pontífice es consciente de la complejidad de la operación en marcha que implica: garantizar las pensiones, la administración de bienes ingentes acumulados en siglos, firma de acuerdos anti reciclaje internacionales, eficiencia e informatización de la administración, adecuarse a las leyes de transparencia bancaria y financiera global, entre otras variables.
“El todo es superior a la parte” nos enseña el papa, lo cual significa que la curia romana no es superior en la visión de una Iglesia Universal. Por ello, el papa trabaja para que la curia romana sea “un pequeño modelo de la Iglesia”, es decir, como un “cuerpo” que intenta seriamente y cotidianamente ser más vivo, más sano, más armonioso y más unido en sí mismo y con Cristo” (22 de diciembre de 2014).
Dejando atrás la clericas invidia, la curia es un sistema complejo, compuesto de dicasterios, consejos, oficinas, tribunales, comisiones y que “no tienen todos la misma tarea”, admite Francisco. El desafío es hacer funcionar este sistema para beneficio de las Iglesias locales de forma “eficaz, edificante, disciplinado y ejemplar, a pesar de las diferencias culturales, lingüísticas y nacionales de sus miembros”.
Otra la lección aprendida por el Papa en sus años como arzobispo de una mega-metrópoli como Buenos Aires y traída a Roma es que “la unidad es superior al conflicto”. Hacer renunciar en masa a todos los curiales y funcionarios vaticanos hubiera creado solo mayor confusión. Además injustificado bajo el punto de vista del derecho laboral. Lo cuál no significa no hacer cambios graduales y meditados para limpiar y sacar de los privilegios a los acomodados del viejo sistema. Las manzanas podridas caen por su peso.
El papa sabe y aplica la máxima de que “el tiempo es superior al espacio” por eso no ha perdido la calma en medio a esta crisis. La magnitud de la reforma en acto se conocerá solo a través de sus futuros frutos.
Sin duda, Francisco no ha querido escandalizar, pero la olla podrida y su olor nauseabundo ya había llegado a fastidiar su olfato de pastor al servicio de los pobres con el informe de la extinta COSEA (Comisión Referente de Estudio y Guía sobre la Organización de las Estructuras Económico-administrativas de la Santa Sede, 18.07.2013), y la reacción fue la institución de la Secretaría y el Consejo de Economía, aconsejado por el C9 (el grupo de cardenales que le ayudan en la reforma), que traerán beneficios a breve y largo plazo en materia de transparencia.
Libros para vender no para defender el Papa
Por último, la desinformación de estos días juega a favor de chismes, cizañas y exalta la imaginación de los amantes de la teoría de la conspiración. El 18 de mayo de 2013, el Papa invitó a todos a no caer en estos juegos. “Desinformamos: decir solo la mitad que nos conviene y no la otra mitad; la otra mitad no la decimos porque no es conveniente para nosotros”.
Al respecto, los libros de Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, ya mencionados, hacen parte de ese sistema de insidias, además porque los datos y temas tratados ya habían sido publicados en varios medios y en diferentes formas. Solo que han sido amplificados ahora por el sensacionalismo mediático y la oportunidad del escándalo de los documentos robados y las medidas tomadas por la justicia vaticana.
“El chisme no te hará bien porque te llevará a este espíritu de destrucción en la Iglesia”, insistió el Papa en la mismas homilía en Santa Marta. “No hagan fantasías, creyendo que la salvación está en la comparación con los demás o en el chisme. La salvación es ir detrás de mí”. ¡Seguir a Jesús! ….¡Y esto es suficiente!”. Por ello, Jesús nos enseña: “la verdad nos hará libres”. Claro, no la ‘verdad’ disfrazada de imparcial de quien la usa para vender libros.
