La enfermedad del papa Francisco es el último de los bulos que han circulado por el Vaticano. Nos preguntamos ¿cómo se puede construir un bulo de este tipo? No es nuevo en Roma, donde los rumores circulan en abundancia.
Si tenemos en cuenta que “rumor” es la noticia que no tiene confirmación oficial, como así lo definen los clásicos teóricos del rumor como Allan Kimmel y Jean-Noël Kapferer, uno se puede peguntar cómo nacen los rumores. El rumor, en principio, debe ser algo creíble. Un Papa de 79 años, o casi, con la actividad del papa Francisco, es casi imposible que no tenga alguna enfermedad. Si no la tiene y es desmentida la noticia, siempre queda algo y puede recuperarse el rumor para otra ocasión, no lejana, en que parezca más evidente (por ejemplo si se ve al Papa cansado).
En el caso del Vaticano, y dada mi experiencia como corresponsal en Roma e informador del Vaticano, el rumor se extiende por aquello que se dice en lengua italiana: “se non è vero è ben trovato”. ¿Es posible que el Papa esté enfermo a su edad? Sí. ¿Es posible que el portavoz padre Lombardi lo desmienta? SÍ. ¿Será rápido el padre Lombardi en el desmentido? Probablemente no, porque tiene el Sínodo de Obispos. ¿Es muy arriesgado para el periodista o el medio el desmentido? No mucho. Dada la edad del Papa, ¿cuánto puede tardar en ponerse enfermo? No mucho, y entonces se puede decir: teníamos razón.
En este caso, y dado que al papa Francisco se le ve bien físicamente, la elaboración del rumor-bulo debe tener sus cautelas, pues el padre Federico Lombardi está muy atento en general, pero tal vez con la celebración del Sínodo andará bastante atareado y puede tardar en dar un desmentido, con lo que el rumor crecerá en los ambientes de la Curia y especialmente entre los Padres Sinodales.
En este caso, el padre Lombardi fue muy veloz y ya de madrugada lanzó un rotundo desmentido. Para los autores del rumor falló el impacto de la sorpresa. También fue desmentido por el médico neurocirujano japonés, Takanori Fukushima, puesto en causa, a posar de estar éste en Estados Unidos: nunca tuvo al papa Francisco como paciente. Esto es muy fuerte. Y es que la mejor técnica contra el rumor es la rapidez de intervención para cortarlo de raíz si no es verdad, y que la declaración pertinente sea creíble. En el caso del papa Francisco, el desmentido fue muy contundente y se vio al Papa poco después en la Audiencia General de los miércoles en perfecta forma física y psíquica.
Si falla el impacto sorpresa –que todo es posible, debieron pensar los creadores del rumor—hay que cubrirse en retirada. Entonces, se hace la siguiente operación: se da una parte del rumor. Luego se amplía diciendo que el médico japonés había visitado al Papa en el Vaticano. Hay unas fotos del médico japonés saludando al Papa, que estaban en el blog del médico. Pero como se dijo que el papa Francisco fue visitado primero en Pisa, donde tiene su consultorio Takanori Fukushima, la fotografía se hace en la visita “de vuelta”, que se ubica en el Vaticano. Naturalmente la visita del Papa a Pisa era “secreta” (un rumor debe tener algún ingrediente de secretismo, para que circule mejor, si no el rumor carece de fuerza) y señala que el Papa fue en helicóptero desde el Vaticano, poniendo en entredicho la vida austera, franciscana, del papa Francisco.
Es más, para que el rumor sea creíble y ante posibles desmentidos, el periodista se cubrió las espaldas diciendo que era un tumor pequeño, y cuya curación podría ni siquiera requerir una intervención quirúrgica. ¿Cómo? Casi es como decir que el Papa tiene una potente gripe porque estornudó un día.
Alguien que tuvo acceso a ese blog del médico, y que sin duda trabaja en el Vaticano (esa es la auténtica fuente origen del bulo), lanza el rumor a un periodista, éste se lo cree, lo publica y monta un escándalo, pero esta vez no ha sido más que una tormenta en un vaso de agua, dada la rapidez con que se actuó desde la Sala de Prensa de la Santa Sede. Esto indica que se han estudiado bien las técnicas de cómo atajar un rumor: información rápida, clara, concisa y creíble. Y en eso cumplió bien su cometido la Sala de Prensa. Hoy todos dicen: “ha sido un bulo” y al rumor no se le ha dejado expandir o extender entre la opinión pública.
Hoy celebramos a...