Mírate y mira tu actual puesto, date la oportunidad de pensar que en buena medida la satisfacción depende de ti mismo
No se pierda esta Misa internacional para aquellos que necesitan sanación. Llevaremos sus intenciones al altar – sin coste.
Cambia de actitud: sé positivo(a) y empieza a aceptar que realmente puedes ser feliz en tu trabajo. Mírate y mira tu actual puesto, y en lugar de sufrir porque no puedes escapar hacia otros horizontes laborales, date la oportunidad de pensar que, en buena medida, la satisfacción depende de ti mismo(a).
No hay trabajos perfectos: en todas las empresas, como en las familias y en otros entornos humanos, hay problemas, conflictos personales, favoritismos, injusticias, órdenes que nadie entiende y errores manifiestos. No permitas que la vida se te vaya tratando de huir de ellos.
Busca y pon en marcha actividades que te gratifiquen y mejoren tu entorno: haz pausas cada hora durante tu jornada, respira y haz estiramientos. Ubica un lugar solo y silencioso en el que puedas refugiarte durante los niveles más altos de estrés. De ser posible, antes de ir a trabajar, haz ejercicio para eliminar tensiones, adecuar el cuerpo y despejar la mente.
Organiza y prioriza: busca la forma más sencilla y eficaz de cumplir con tus tareas, lo urgente e importante primero. Si sientes que la carga es excesiva, busca ayuda o delega.
Personaliza tu ambiente: decora tu espacio con elementos tuyos, como plantas; lleva tu música o tus libros favoritos, y escúchalos y léelos durante las pausas.
Ponte metas: plantearte retos le dará un nuevo brillo a tu trabajo; ofrécete para formar parte de un nuevo proyecto o dile a tu jefe que estás dispuesto(a) a probar alguna actividad que no se ha desempeñado antes. Si pones en marcha la imaginación descubrirás un horizonte más amplio y estimulante que el que se veía hasta ahora.
Sé amable, gentil, respetuoso con los que están a tu lado, aunque los demás no lo hagan. Sé agradable. Si tienes un carisma para deleitar a los demás, aplícalo. Crea un buen ambiente desde que llegas hasta cuando te vayas. La sonrisa y la disponibilidad para ayudar al vecino son importantes también.
Ojo con el tedio o los escapes: no te resignes a la tristeza o a trabajar en forma automática, tampoco busques válvulas de escape poco saludables, como el consumo de alcohol o el tabaco.
Si sientes que no puedes más en tu trabajo, no tomes decisiones apresuradas: haz una pausa, pide vacaciones y durante ese tiempo piensa en soluciones posibles.