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Los sirios que llegan a Europa: ¿refugiados, emigrantes o conquistadores?

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AFP

Renée Hannah Hattar - publicado el 20/10/15

El gran problema de Occidente es que tiene una idea muy deformada de la realidad de Oriente Medio

Viendo las redes sociales las últimas dos semanas, se presentaron varias preguntas en relación con la crisis de los refugiados sirios, que reflejaban sobre todo un miedo enorme por parte de los europeos a recibir a estas personas de cultura y religión ajenas.

Muchas personas en Europa se preguntaron ¿porqué optan los refugiados sirios por la solución más arriesgada?, ¿porqué no optan por acudir a países ricos y con su misma cultura, religión e idioma? ¿Habrá alguna razón oculta en ello? y sobre todo, ¿porqué nadie se ha planteado estas preguntas?

Antes de dar posibles respuestas a todas estas preguntas, es importante explicar un poco sobre estos refugiados, su cultura y la situación verdadera en la zona afectada por el conflicto sirio.

Siria se declara como un Estado laico, donde las minorías religiosas se respetan y sus miembros se protegen como cualquier otro ciudadano en el país. En Siria, y en todo el Levante (Jordania, Líbano, Palestina e Iraq), antes de estas guerras que están destrozando a Oriente Medio, nadie ponía en duda la existencia de los cristianos, por ejemplo. Porque todo el mundo sabe y acepta que son autóctonos y que esta tierra fue enteramente cristiana durante siglos, antes de la llegada del Islam. Los musulmanes moderados, que forman la mayoría en estos países, saben que dicha existencia forma parte del tejido social y enriquece a cualquier país. Por eso, las minorías religiosas de estas tierras siempre han convivido con los musulmanes, ofreciendo mucho a través de su participación en la vida social, política y profesional.

Siria es un país grande, que antes de la guerra tenía una variedad de etnias y culturas que convivían pacíficamente y con armonía dentro del país. Entre ellos mencionamos a los siriacos, los kurdos, los armenios, los turcos, los circasianos, los chechenos y los árabes.

Esta variedad de culturas también venía acompañada de una diversidad de religiones. La mayoría de los sirios son musulmanes sunníes, pero existen otras minorías de musulmanes chiíes, alauíes, ismailíes y drusos. Los cristianos sirios formaban el 10% de la población y pertenecían a todas las denominaciones cristianas, y estas son: las iglesias católicas (la romana latina, la armenia, la copta, la siria -siriana-, la caldea, la maronita y la greco-melquita), las iglesias ortodoxas (la ortodoxa griega, la apostólica armenia, la copta ortodoxa y la ortodoxa siriana), además de las diferentes iglesias protestantes.

El pueblo sirio, que contaba con aproximadamente 25 millones de personas antes de la guerra, gozaba de una herencia de mezclas culturales, como la griega, la siriaca y la árabe entre otras, que históricamente han influido en su pensamiento y su modo de vivir.

Ciudades sirias como Damasco y Alepo han sido, desde siempre, centros culturales importantes que se destacaban por su arquitectura, sus universidades, sus bibliotecas, su gastronomía y su arte. Los sirios contaban con músicos, pintores, escultores, escritores, actores, directores de cine, médicos, periodistas, mercantes, hombres de negocio y políticos.

Dentro de todos estos grupos, como en cualquier sociedad del mundo, hay ricos y pobres, intelectuales e incultos, creyentes y agnósticos/ateos o no creyentes, moderados y extremistas, e incluso fundamentalistas.

Según la condición de cada grupo, podemos entender su objetivo para salir del país buscando auxilio en otro. Los que buscan seguridad, trabajo y necesidades humanas básicas son sin duda refugiados, mientras los que viven en zonas más o menos seguras y tienen trabajo y quizás algo de dinero, los podemos considerar como emigrantes que aspiran a una vida mejor en otro país.

La gran mayoría de los refugiados sirios son personas moderadas que pueden ser de cualquier religión. Ellos huyen de esta guerra buscando un lugar seguro, tanto para ellos como para sus hijos, donde puedan encontrar espacios de libertad para expresarse.

Eso nos lleva a la respuesta de la primera pregunta: los objetivos antes mencionados, provocados por una guerra donde participan la mayoría de los países europeos de una manera u otra, empujan a los refugiados sirios a optar por la solución más arriesgada e ir a Europa. Ellos tienen la certeza de encontrar estas condiciones que no se pueden encontrar fácilmente en los otros países árabes vecinos que sufren: dificultades económicas empezando por el paro (como es el caso en Jordania, Egipto y el Líbano), la falta de seguridad (como es el caso de Palestina/Israel, Iraq y Libia), la falta de libertades (como es el caso en la mayoría de los países del Golfo), el nivel de vida que no pueden permitirse con sus familias (este es el caso en todos estos países, sobre todo los del Golfo) y las legislaciones estrictas relacionadas con los refugiados tanto en las fronteras como dentro de estos países (como es el caso en Turquía).

Teniendo todo eso en cuenta, encontramos la respuesta a la segunda pregunta: aunque estos países vecinos del Golfo son de la misma cultura y lengua árabes, los refugiados sirios no pueden vivir en ellos por la falta de libertades y el alto nivel de vida por una parte, y porque estos países tienen reglamentos muy estrictos y a veces injustos para los trabajadores extranjeros por otra. Si añadimos a todas estas razones la falta de los derechos humanos básicos en estas sociedades, empezando con la situación de la mujer, entendemos porque los refugiados prefieren ir a Europa.

La tercera pregunta, que insinúa que los refugiados “musulmanes” tienen un plan oculto de conquistar a Europa “cristiana”, la suelen repetir los medios de comunicación y ciertos políticos europeos.

Esta pregunta habría que responderla con un poco de sentido común, teniendo en mente la variedad social que antes explicábamos sobre lo que era Siria. Hay que recordar también que las políticas de los gobiernos europeos están permitiendo la entrada del Islam radical y su pensamiento en Europa cuando reciben dinero de países como Arabia Saudí, que representa abiertamente un movimiento islamista radical, el wahabita, que muchos musulmanes moderados rechazan en el mundo árabe. ¿Occidente dice no a los inmigrantes sirios, que son en su mayoría personas normales y moderadas, y sí al dinero de Arabia Saudí, dirigido a difundir el islam radical? Así que, si nos preocupa el tema de la reconquista islamista en Occidente, lo que tenemos que hacer es ser buenos ciudadanos y protestar contra cualquier ley, decisión o comportamiento político que da espacio a cualquier grupo, pensamiento o enseñanza radical y contra cualquier persona que intenta ofender a las libertades en nombre de cualquier religión.

Pero más que nada, la respuesta a esta pregunta tiene que salir de nuestra fe cristiana y nuestra libertad como creyentes. Se trata de una acogida, libre, gratuita y generosa acompañada de fe, amor y humildad, no de miedo, recordándonos que la misma Sagrada Familia huyó a Egipto donde se refugió para salvar al niño Jesús.

Y por último, pocos se plantean estas preguntas, porque el nivel de ignorancia de Occidente en general sobre la zona de Oriente Medio y el pueblo árabe es grande, tanto por la falta de curiosidad, como por la falta de convivencia con árabes de esta zona. Sin olvidarnos de que esta ignorancia aumenta gracias a los medios de comunicación, que no son fieles en transmitir la verdad sobre lo que sucede esta zona, y a las redes sociales que nos han enseñado acostumbrarnos a difundir la información sin verificarla antes, porque aspiramos recibir los más “me gusta” o “retweet” posibles.

La pregunta que me parece más importante y que no se hace en Occidente es: ¿no tienen derecho los refugiados sirios, independientemente de su religión, a vivir bajo un techo, en condiciones humanas decentes en una sociedad que garantice sus derechos?

La actitud negativa y superior de muchos ciudadanos europeos hacia los refugiados sirios, desgraciadamente, no refleja una comprensión y una solidaridad por parte de personas que se supone que aspiran al bienestar del hombre, que han luchado mucho durante la historia para lograr aplicar los derechos humanos en sus sociedades y que siguen luchando por los derechos de los animales y respetar el medioambiente,

¿Cómo pueden olvidarse los europeos que, en un momento, dado muchos entre ellos también han sido/son refugiados y buscaban/buscan auxilio en otros países huyendo de una guerra o de una crisis económica?

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derechos humanosislamrefugiadossiriasolidaridad
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